En agosto de 2023 el 66% de la generación eléctrica provino de fuentes libres de dióxido de carbono (CO2), según datos de la Autoridad Nacional de Servicios Públicos (ASEP). De ese total, un 46% fue de plantas hidroeléctricas, 11.5% de eólicas y 8.4% de solares.
Dependiendo de la época del año, particularmente en temporada lluviosa, la matriz energética de Panamá tiene mayor dependencia de fuentes renovables, un gran paso hacia la transición energética para un país que tiene un mercado eléctrico relativamente joven. Sin embargo, aún se depende de plantas de generación térmica como la de gas natural licuado, que aunque es más limpio, es de origen fósil.
Avances en Panamá
Panamá ha logrado ser uno de los primeros 20 países a nivel mundial con más del 70% de generación renovable. Según datos de la ASEP, en el primer semestre de 2023 de las energías generadas en el país, el 35.77% correspondió a centrales hidroeléctricas, el 9.03% a plantas eólicas, 5.80% correspondió a las generadoras fotovoltaicas y 49.40% a centrales térmicas.
Para el 2021, Panamá estaba por encima del promedio en la región en cuanto al uso de energías renovables para generación eléctrica (69% en los últimos cuatro años, en promedio, versus 58% en la región).
Así lo indica Renovables en Latinoamérica y El Caribe (Relac), iniciativa regional que cuenta con 15 países miembros, única en su tipo en el contexto de América Latina y El Caribe.
Relac nació a finales de 2019, en el marco de la Cumbre de Acción Climática de Naciones Unidas, con el objetivo de alcanzar al menos 70% de participación de renovables en la matriz eléctrica de la región a 2030. Por primera vez, un grupo de países de la región se puso de acuerdo voluntariamente para promover las energías renovables con: una meta concreta; un esquema de monitoreo y una estructura de funcionamiento diseñada para apoyar a los países en el proceso.
El Istmo también forma parte de la Estrategia Nacional de Generación Distribuida (Enged), elaborada con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Como parte del compromiso de continuar con el apoyo a la energía renovable, Panamá anunció en la COP26 la adhesión a la iniciativa.
Lo anterior implica que el país deberá instalar cerca de 2 GW de generación renovable hasta el final de esta década. Para lograr estas metas se prevé principalmente la instalación de energía solar y eólica, además de mantener en adecuadas condiciones la capacidad hidroeléctrica existente. La Enged estima que se podrían lograr 1.7 GW de generación distribuida hasta el 2030.
Además de los avances en la diversificación de la matriz eléctrica, Panamá aún tiene el desafío de disminuir el uso de combustibles fósiles en su matriz energética. Debido a que Panamá no es un país productor de petróleo o gas, estos números muestran la dependencia que tiene el país a las importaciones de combustibles fósiles, y a la variación en sus precios.
