La mayoría de los miembros de la junta directiva de la Caja de Seguro Social (CSS) ha evitado a toda costa dar explicaciones sobre la licitación de las plantas de producción de oxígeno que la entidad espera adjudicar, a través de una licitación, por un monto de $101.2 millones.
En septiembre de 2022 la directiva aprobó dicho gasto con ocho votos a favor.
El visto bueno para la partida del proyecto de carácter industrial lo dieron Miguel Ángel Edward, Guillermo Puga, Roberto Valencia, Manuel Pérez, Fernando Méndez y el difunto Alfredo Macharaviaya, además de Victoria de la Rosa, Justo Medina, por el Ministerio de Economía y el de Salud.
Se abstuvo Aida de Maduro y se negaron Camilo Valdés y Gregorio Guerrel.
Pero ahora que se les solicita información del proyecto, quienes votaron a favor de su ejecución, intentan dar un paso atrás e ignorar la relevancia que han tenido en el proceso.
El pasado 31 de marzo, y luego el 10 de abril, se presentaron dos solicitudes de información a la junta directiva CSS. Se le pide, entre otras cosas, una copia autenticada del informe que sustenta el proyecto, al requerir de millonarias partidas presupuestarias por los próximos seis años.
La primera solicitud fue hecha por el abogado Ernesto Cedeño, mientras que la segunda la presentó el abogado Víctor Caicedo. La idea de los abogados es que se conozca el respaldo técnico detrás del proyecto.
Sin embargo, el llamado informe técnico que la CSS le presentó a la junta directiva no incluyó un estudio de factibilidad, pero aún así se le dio el visto bueno a la administración de Enrique Lau para convocar a una licitación por $101.2 millones.
La solicitud de información de Caicedo no ha pasado por el trámite correspondiente para su discusión.
Pero apenas llegó la solicitud de Cedeño al pleno de la junta directiva, el pasado martes 11 de abril, hubo caos.
Ese día ni siquiera se pudo efectuar la habitual reunión del colegiado porque la mayoría de sus miembros cerraron filas y se negaron a aprobar el orden del día, es decir, la agenda en la que estaba incluida el tema de las plantas de oxígeno.
Solamente Maduro, Guerrel y Valdés aprobaron el orden del día, pero así mismo como sus posiciones no frenaron la licitación hace un año, cuando solicitaron información técnica y financiera detallada del proyecto, en esta ocasión las tres golondrinas no hicieron verano.
La nota de Cedeño llegó de la mano de la presidenta de la directiva Aida de Maduro, quien intentó que las inquietudes fueran conocidas para luego contestar las interrogantes del caso, ya sea de forma directa como colegiado o a través de la administración, dependiendo de los aspectos que estaban bajo los límites de cada jurisdicción.
La postura general para no aprobar el orden del día es que la información que requiere Cedeño no está vinculada con la junta directiva. Sin embargo, este diario pudo conocer que Maduro insistirá para que la administración le conteste a Cedeño, apelando a la ley de transparencia y a la ley orgánica de la CSS.
Cedeño solicitó que se analice desaprobar la licitación e instruir un nuevo acto público de precio único para la adquisición de oxígeno médico.
En este sentido precisó que la junta directiva debe actuar conforme al derecho y “rápido”, pues de lo contrario podría estar cometiendo una infracción de los deberes de los servidores públicos, tipificado en el Código Penal, el cual indica que el servidor público que se rehúse, omita o retarde algún acto propio de su cargo será sancionado con presión de seis meses a un año, o su equivalente a días multas.
Según Cedeño se debe desaprobar la licitación porque en el pliego de condiciones gravitan inconsistencias y algunos puntos que pudieran poner en “riesgo la salud humana y el uso adecuado de los fondos de la CSS”.
Mencionó, por ejemplo, el hecho de que a la junta directiva se le hizo creer que la CSS sería autónoma con la producción de oxígeno, cuando en el proceso de homologación de la licitación se aclaró que los pacientes ambulatorios seguirán siendo atendidos por empresas externas y actuales proveedores de la entidad.
“Si la junta directiva no sabía esto, quiere decir que fue sorprendida en su buena fe”. Y en este sentido debe hacer los reparos que correspondan, dijo Cedeño en el documento entregado a la CSS.
Respecto a los riesgos a la salud humana, Cedeño hizo referencia a la pureza del oxígeno y la exposición a contaminantes que tendrán las plantas productoras, teniendo como referencia que una de estas estará en la Ciudad de la Salud, a 1.8 kilómetros del vertedero de Cerro Patacón.
