Este año, Panamá no solo incumplirá con el tope de déficit fiscal establecido en la Ley de Responsabilidad Social, que lo fijaba en un 2% como meta, sino que también superará el 4.5%.
Una cifra que se esperaba, dado el panorama económico y de las finanzas públicas que ha experimentado el país, dijo el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, en el conversatorio con la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede) sobre “Estrategia fiscal financiera para el quinquenio”.
En un cálculo preliminar, Chapman indicó que este déficit significará entre $3,200 millones y $3,500 millones del total del producto interno bruto del país, aunque los datos definitivos se conocerán al cierre del año.
El déficit fiscal se produce cuando el gasto público de un gobierno excede sus ingresos, y es el caso actual de Panamá, donde la recaudación, aunque ligeramente superior a la de 2023, está por debajo de lo presupuestado. Esto ha obligado a reducir el gasto en más de $1,387 millones en este segundo semestre.
Chapman sostuvo que, para reducir ese porcentaje de déficit fiscal, las finanzas públicas se manejarán con “mucha prudencia” y reconoció que serán muy estrictos con el manejo de las finanzas públicas a través de una mayor disciplina.
“El déficit de más del 4.5% del PIB se reducirá con prudencia. Este año será mayor al 4.5%, pero el plan es mantener dos años de disciplina fiscal rigurosa, lo cual no será fácil debido a la oposición que se pueda encontrar. Posteriormente, se reducirá el déficit a niveles manejables y sostenibles, con una deuda mucho más baja”, dijo sobre el plan de gestión en el MEF.
Añadió que el peso de la deuda pública es extraordinariamente alto en las finanzas públicas, representando $3,500 millones en el pago de servicios de la deuda, más de lo que produce el Canal.
Reveló que precisamente la estrategia es reducir el costo de financiamiento para el Gobierno, de manera que ese pago por el servicio de la deuda sea eventualmente menor. Por esta razón, en Nueva York se reunieron con agentes financieros internacionales e inversionistas para demostrar la disciplina fiscal que se está aplicando actualmente.
El ministro adelantó que la próxima semana presentarán el presupuesto fiscal de la Nación para el año 2025, un proyecto que reflejará precisamente esa disciplina fiscal y rigurosidad necesarias para sanear las finanzas públicas.
“La próxima semana estaremos presentando un presupuesto para 2025 que no será para nada halagador, lo que me convertirá en una persona poco popular”, dijo, señalando que este presupuesto estará acompañado de una propuesta de reforma a la Ley de Responsabilidad Social Fiscal, que fija los topes de déficit establecidos.
Agregó que esta reforma establecerá un mecanismo a largo plazo para evitar la presión que han enfrentado distintos gobiernos cuando, al no poder cumplir con la meta, recurren a la Asamblea para modificar esos porcentajes.
Chapman también anunció que para el año 2025 no se contempla ninguna reforma fiscal que implique un aumento en los impuestos, aunque considera necesario revisar la eficacia y los resultados de algunos subsidios.
“No estamos en una crisis, no requerimos una terapia de choque. Afortunadamente, no necesitamos la motosierra de Javier Milei, pero sí necesitamos disciplina, prudencia y responsabilidad”.
Además, anunció que presentarán al gabinete el plan estratégico de gobierno, junto con un plan fiscal a cinco años que busca la estabilidad.
Solicitan revisar los subsidios
La recuperación del grado de inversión de los bonos soberanos de Panamá, que se perdió con una calificadora, Fitch, así como mayor disciplina fiscal, contención del gasto público, y la revisión de los subsidios y las normas de exoneración, son algunos de los retos que enfrenta el gobierno, según la presidenta de Apede, Giulia De Sanctis.
Dijo que se deben hacer análisis detallados para determinar cuáles son los subsidios que efectivamente se deberían eliminar, cambiar o ajustar, y cuáles se deben mantener.
De Sanctis señaló que otro de los desafíos es lograr un mayor crecimiento económico para que la empresa privada pueda generar más empleos y riqueza para el país.
“En la calle aún no se percibe un aumento en los empleos, pero quienes miden el crecimiento económico aseguran que no está estancado. Creemos que sigue habiendo confianza en el país”.
