La prolongación de los ejercicios militares de China alrededor de Taiwán, que deberían haber concluido el domingo pero continuaron ayer lunes, aumenta el riesgo de renovadas interrupciones en la cadena de suministro global al tener lugar en una de las vías marítimas más transitadas del planeta.
Aunque China había anunciado que los ejercicios militares en el estrecho de Taiwán, en respuesta a la visita a la isla la semana pasada de la presidenta del Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, tendrían lugar entre jueves y domingo, las maniobras aún perduran.
El Ejército de Liberación Popular (ELP) informó de que continúa realizando ejercicios prácticos conjuntos en el espacio aéreo y marítimo alrededor de la isla de Taiwán, centrados en operaciones anti-submarinos y ataques aéreos con embarcaciones como blanco.
La extensión de las maniobras por parte de China, que considera a Taiwán parte de su territorio y no descarta una invasión de la isla autogobernada, aumenta la incertidumbre sobre el objetivo final de las acciones de Pekín y pone en riesgo la estabilidad de una de las principales rutas marítimas mundiales.
Casi la mitad de la flota de contenedores global y un 88% de los barcos más grandes por tonelaje pasaron a través del Estrecho de Taiwán este año, según datos de Bloomberg.
Se trata de una ruta clave para el suministro de semiconductores procedentes de Taiwán -hogar de TSCM, el mayor fabricante mundial de un componente clave en los actuales productos tecnológicos- y el equipamiento electrónico fabricado en el este de Asia, así como una arteria esencial en el transporte de gas natural.
Así, expertos advierten que la más mínima alteración en dichas rutas comerciales puede sentirse en la cadena de suministro global, lastrada por la pandemia y los confinamientos decretados en China, inmersa en su política de cero covid, y la invasión rusa de Ucrania.
Los semiconductores y la energía se enfrentan a las mayores interrupciones de suministro si la situación continúa relativamente intensa o si hay una escalada mayor (en Taiwán), como un bloqueo a las exportaciones. Entonces, el mundo sufrirá, advirtió Alicia García-Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico de Natixis.
Si bien el impacto en el transporte aéreo y marítimo hasta ahora ha sido moderado, la experta anticipa que los ejercicios pudieran continuar de forma intermitente, dificultando las decisiones de los transportistas.
Quizás no tanto por un bloqueo total de la isla, sino por uno potencial, las compañías podrían tomar decisiones para proteger o aumentar la capacidad de resistencia de su suministro, como desviar las rutas o buscar otros destinos, consideró García-Herrero.