Las conclusiones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) confirman el poco tiempo que tiene Panamá para tomar decisiones antes de que el subsistema de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) se quede sin reservas en 2024.
La entidad, independiente y ajena a los vaivenes domésticos del país, dejó de lado el debate ideológico que domina la agenda nacional y se centró en la realidad matemática y actuarial.
En un documento de 182 páginas que circuló por WhatsApp durante la tarde de ayer lunes, el organismo precisó que la reducción progresiva de los cotizantes activos, y por lo tanto la caída de los ingresos por contribuciones, el agotamiento en 2024 de la reserva total del subsistema de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) y el incremento acelerado en la cantidad de nuevas pensiones creará una fuerte presión en el financiamiento del creciente gasto en el programa.
Es así como el déficit operativo anual proyectado en términos nominales del sistema exclusivamente de beneficio definido de IVM crecerá progresivamente y alcanzará un tope máximo anual en 2050 cercano a los $7,500 millones, indica el documento.
Como resultado directo de lo anterior será desafiante, desde el punto de vista económico y fiscal, cualquiera decisión que se tome.
De acuerdo con la OIT, el Estado deberá identificar nuevas fuentes de financiamiento para cubrir el déficit creciente, ya sea mediante la redefinición del fideicomiso a favor del IVM, el incremento de las transferencias que se hacen anualmente, o a través de otro instrumento alternativo que se defina.
El organismo no se aventura a hablar de medidas paramétricas, como cambios en la edad de la jubilación o los años que se cotizan.
Tampoco exploró cambios estructurales en el esquema de pensiones para convertirlo, por ejemplo, en un sistema de pilares.
Más bien recomendó al país generar una discusión en un “diálogo social tripartito” para debatir las implicaciones de los diferentes escenarios de reforma y cuantificarlos, haciendo uso del modelo actuarial que han desarrollado para Panamá y que es la base del informe.
Un análisis de ese tipo fue el que se debió tener en el diálogo el año pasado, cuyo supuesto objetivo era reformar la Caja de Seguro Social (CSS). Pero dicha tribuna terminó empantanada en discusiones metodológicas y diluida en la debilidad de la discusión a nivel técnico.
Sin quórum o con extensas intervenciones que no necesariamente estaban alineadas con el tema que se discutía en su momento, el diálogo cayó en una parálisis desde diciembre de 2021 en espera del informe de la OIT, cuya primera mirada deja ver una posición bastante reiterativa con respecto a lo que el país ya sabía a través de los estudios actuariales de la CSS.
Trabajadores independientes necesitan cobertura
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) redundó en aspectos que ya se habían discutido en el diálogo por la Caja de Seguro Social (CSS). En este caso aplica la recomendación para diseñar y poner en marcha una estrategia para extender la cobertura de seguridad social. Desde julio de 2021 se había mencionado la necesidad de afiliar a la población económicamente activa formal e informal que no cotiza en el régimen de seguridad social.
El plan, según la OIT, debe contar con acciones para cubrir los principales grupos de difícil cobertura, incluyendo el trabajo independiente; reformas administrativas y reglamentarias para facilitar la afiliación, la recaudación, y la cobranza coactiva de la cuota obrero patronal.
La OIT destacó en su reporte la falta de visión a largo plazo de las distintas administraciones desde que se reformó el sistema de pensiones en 2005, y los problemas de institucionalidad y de gobernanza que enfrenta la CSS.
Toca recordar que la discusión sobre el futuro de las pensiones debió haberse iniciado, al menos, hace 10 años.
El gobierno de Ricardo Martinelli y el de Juan Carlos Varela voltearon la mirada, mientras que el de Laurentino Cortizo, aunque intentó hacer lo mismo, no tuvo otra opción que encarar el tema, cuando los informes actuariales pronosticaban la quiebra del subsistema exclusivamente de beneficio definido, debido a los enormes pagos por hacer, el aumento en el número de jubilados y las limitadas reservas financieras.
A juicio de la OIT “[...] los escenarios de reforma idealmente deben contemplar una visión que apunte hacia la garantía de la sostenibilidad del sistema panameño de pensiones en todo su conjunto”, tanto en el programa exclusivamente de beneficio definido como en el de componente mixto, que incluye un ahorro individual.
El subsistema exclusivamente de beneficio definido requerirá financiamiento estatal hasta su total extinción, que ocurrirá aproximadamente en la década de 2090, con lo cual el desafío fiscal es de gran magnitud y requiere “intervenciones urgentes de corto plazo, y soluciones duraderas contundentes para el largo plazo”, dijo la OIT.
Incremento de jubilados
4.1%
Crecimiento continuo de la población de pensionados del subsistema exclusivamente de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM). Resulta un colectivo de población en el que son mayores los nuevos pensionistas que las bajas por fallecimiento. El total de pensionistas fue 283 mil en 2019 y 285 mil en 2020.
De no tomarse medidas de intervención para revertir la tendencia, el país corre “con el riesgo de una profunda afectación”, recalcó el organismo en el informe entregado directamente a la ministra de Trabajo, Doris Zapata, cuyo despacho contrató el reporte.
El estudio actuarial que sustenta el informe de la OIT utilizó la base de datos de afiliados y pensionados entregada por la CSS, misma que contiene 346 millones de registros con identificación personal encriptada, incluyendo los cotizantes activos e inactivos vivos en los dos subsistemas de pensiones.
Se hicieron proyecciones demográficas, financieras, hipótesis económicas y del mercado laboral.
El informe se convertiría en una especie de visión arbitral que sería el insumo para las futuras conversaciones cuando se decida reactivar el diálogo por la CSS.