El escenario económico para 2025 no es el más alentador. Sin embargo, hay sectores que podrían repuntar, como la construcción, el turismo, el comercio y la salud, mientras la presión continuará sobre el manejo de las finanzas públicas y la pérdida de actividad minera.
Con una deuda pública que sobrepasa los $52,374 millones al cierre de septiembre, un déficit fiscal que será mayor al 4.5 % este año, y un crecimiento económico que apenas alcanzará el 2.5 %, los economistas Ernesto Bazán y Carlos Araúz consideran que no hay otra vía que ejecutar una reforma fiscal y tributaria para recomponer las finanzas públicas.
Ambos expertos participaron en el foro Café con La Prensa, titulado Cierre económico 2024: análisis y su impacto, patrocinado por Davivienda, donde abordaron los retos que tiene el país para reducir el peso de la deuda pública, sanear las finanzas y retomar la senda de crecimiento del producto interno bruto (PIB) con un mayor componente de inversión privada, lo que generaría un impacto positivo en la creación de empleo productivo.
Ernesto Bazán, CEO de la calificadora de riesgo EB Ratings, señaló que la economía está en una situación delicada y que, de no aplicarse correctivos, la relación deuda pública/PIB podría alcanzar niveles del 80 %, lo que dificultaría el acceso a financiamiento.
“Hay que estar conscientes de que somos una economía que se está desacelerando. Hoy en día, el Estado panameño vive en una economía ficticia, porque gasta el dinero que no tiene. No financiamos nada”.
Bazán explicó que la inversión extranjera directa en Panamá se ha reducido significativamente en los últimos años, pasando de representar el 12.7 % del PIB en 2011 a apenas el 2.8 % al cierre del año pasado.
Agregó que, según sus cálculos, el déficit fiscal —es decir, el faltante de dinero frente al gasto— será del 6% al cierre de 2024.
El economista subrayó que la principal prioridad para sanear las finanzas públicas debe ser la reducción del gasto, considerando que hay espacio para disminuirlo en al menos un 10 %, equivalente a $3,000 millones.
En segundo lugar, destacó la necesidad de revisar las exoneraciones tributarias. “Hay una serie de exoneraciones que no tienen mucho sentido en una época de ausencia de recursos. Son privilegios innecesarios para personas y empresas que no los necesitan”, indicó, estimando que por esta vía se podrían generar $1,000 millones adicionales.
Como tercera prioridad, propuso reducir la evasión fiscal mediante el fortalecimiento de la Dirección General de Ingresos (DGI). “Si hoy en día se denuncia a una empresa o a un restaurante porque no emite facturas, no ocurre nada, porque no hay suficiente personal para fiscalizar. Es necesario fortalecer el equipo, incrementar el número de funcionarios y mejorar sus capacidades”, mencionó.
Por su parte, el economista Carlos Araúz, analista financiero y fundador de Fidinem Financial Services, sostuvo que la economía también depende de aspectos sociales, como la cohesión y la confianza en las instituciones.
Precisó que el país necesita instituciones fuertes para garantizar estabilidad económica.
“Tenemos que reimaginar el país, replantear el modelo económico y alejarnos de un sistema que depende únicamente de ventajas comparativas tradicionales”, afirmó, insistiendo en el desarrollo e impulso de otros sectores como el nearshoring, los semiconductores y la tecnología.
Araúz también señaló que, para 2025, se espera que la construcción siga desempeñando un papel importante, pero enfatizó la necesidad de brindar certeza a la inversión. Uno de los temas pendientes es el régimen de tasas preferenciales, que requiere modificaciones para mejorar, debido a que venció un tramo de esas tasas, además de que fue eliminado el Fondo Solidario de Vivienda, que era otro mecanismo para acceder a financiamiento con un subsidio del abono inicial.
Aseguró que habrá crecimiento en los sectores de comercio, salud y turismo. “Pero la estabilidad de las finanzas públicas sigue rezagada y debe cambiar para generar confianza”.
Indicó que es necesario abordar el tema de la minería, atraer más inversión extranjera y activar el mecanismo de asociaciones público-privadas para concretar los proyectos pendientes.
“No podemos seguir creciendo con deuda; necesitamos un modelo sostenible basado en educación, innovación y la formalización de nuestra economía”.
Araúz sostuvo que es inevitable acometer una reforma tributaria, la cual debe incluir un ajuste en el impuesto sobre la renta para quienes tienen mayores ingresos.
Asimismo, afirmó que Panamá debe aplicar el impuesto mínimo global del 15 % a las empresas multinacionales, sin temor a que se marchen, ya que se trata de un estándar mundial que están dispuestas a pagar en cualquier país. Es preferible que Panamá reciba esos ingresos.