Los empresarios panameños están preocupados por la pérdida de competitividad de Panamá en algunos indicadores internacionales como el de innovación, libertad económica y capacidad para adaptarse a las nuevas tecnologías.
En los últimos años se ha acentuado la desigualdad social, por los altos porcentajes de trabajadores en el mercado informal, sobre el 48%, y mientras tanto persiste en el rezago en educación e innovación.
Estos temas fueron la columna vertebral del debate en la Conferencia Anual de Ejecutivos CADE 2023 en el panel Características de los países altamente competitivos. Lo que Panamá necesita hacer, realizado la semana pasada.
Carlos Araúz, CEO de Fidinem Financial Advisory Service, sostuvo que está claro que el país debe ir más allá de los ladrillos y el cemento que nos hemos acostumbrado a ver crecer.
Se apoya en varios de los indicadores internacionales que demuestran el rezago panameño.
En el caso del Índice Mundial de Innovación, publicado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), organismo especializado de las Naciones Unidas, Panamá ocupó en 2022 el puesto 83 en insumos de innovación, igual que el año pasado, pero inferior al registrado en 2020.
Las principales debilidades exhibidas por el país en este indicador global fueron falta de mayor financiamiento para la educación. En este tema Panamá ocupó el puesto 99 de 132 economías. Igualmente influye en la medición del Índice de Innovación la deficiencia en la escala de la prueba PISA, Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE, en el que el país sale con baja puntuación en lectura, matemáticas y ciencias, ocupando el puesto 75.
Otras debilidades son la poca oportunidad de financiamiento de capitales de riesgo (puesto 88), y la escasa diversificación del sector industrial (puesto 101), así como la baja intensidad de inversión en activos intangibles (puesto 74%).
En el área de sofisticación de los negocios las debilidades están relacionadas al conocimiento de los trabajadores para innovar. El Índice indica que hay menos profesionales graduados en carreras de ciencia y tecnología en 2022 que en la medición de 2016; 11 puntos por debajo, lo que le da al país la posición 98.
Mientras tanto, el país exhibe ventajas y fortalezas en el tema de infraestructura logística, acceso al financiamiento y crédito privado en proporción al PIB y alta tecnología para exportar.
Pero en el horizonte se advierten sobre los riesgos de la menor productividad en comparación con países desarrollados que ofrecen también hub logísticos y de conectividad para negocios de comercio internacional y marítimos.
Otro indicador en el que el país salió deficiente fue en el de Tecnología e Innovación 2023 que describe el uso de las nuevas tecnologías. Panamá ocupó el puesto 71 de 166 países. Mientras que en el de Libertad Económica, indicador que mide temas como impuestos, derechos de propiedad, libre comercio y regulaciones, entre otros, se descendió a la posición 41, cuando países vecinos como Costa Rica subieron de posición para ocupar el puesto 29.
“La sostenibilidad del crecimiento no pasa necesariamente solo por lo físico, pasa por el aporte hacia el capital humano, educación, capacitación y ver cómo nos hacemos más competitivos desde la perspectiva humana”, sostuvo Araúz.
“Me preocupa que en índice de innovación estamos muy lejos como nuestros pares como Costa Rica porque ellos están apostando a su gente. En temas como habilidades digitales y pensamiento crítico y habilidades blandas no vamos a poder crecer de forma sostenible”, apuntó el economista.
Gustavo Crespi, líder de la división de competitividad e innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), sostuvo que lo que está marcando la competitividad en muchos países no es la cantidad de ladrillos ni cemento que se genere en una economía, sino el conocimiento, el valor intelectual y la capacidad del capital humano para crear y desarrollar ideas y negocios.
Se trata de lo intangible que cobra cada vez más valor en medio de la era digital.
Refiere que hay países donde están integrando al valor del producto interno bruto lo intangible y miden cuánto están invirtiendo en estos aspectos.
“ Si vemos las 10 empresas más competitivas del mundo, en ninguna de ellas el activo fijo representa más de 10% del valor de la empresa, lo que hace inferir que el valor está en otro lado, en lo intangible”, reiteró.
Crespi indica que es necesario invertir más en conocimiento para lograr escalabilidad y que se desarrollen en los países ideas de negocio que vengan a innovar y causar disrupción.
De la tecnología a la sostenibilidad energética
Invertir más en innovación y tecnología y preparar el país para la transición energética será clave para lograr un crecimiento sostenible. Fueron otros de los temas debatidos por CADE.
Gaby Aued, CEO de Tecnasa Panamá, considera clave que se desarrolle en el país más conocimiento y capacitación en tecnología desde las escuelas. “Panamá necesita mejorar la educación tecnológica desde la educación básica hacia la universidad, y debemos trabajar para que los profesionales continúen esa formación”.
Aued precisó además que el Gobierno debe invertir más en innovación y la empresa privada ayudar con mentoría, financiamiento y capacitación para impulsar y crecer esas startup y nuevos negocios.
Agregó que otra de las necesidades es mejorar la infraestructura tecnológica.
“En conectividad digital estamos mucho mejor que otros países, aunque por un camino por recorrer, 95% de la población tiene acceso a internet, pero la pregunta es qué hacemos con esa conectividad, hay que incentivar el aprovechamiento de las tecnologías”.
La CEO de Tecnasa, sostuvo que además es fundamental que se atraigan más inversiones extranjeras y que el inicio de un negocio en Panamá sea más ágil.
Miguel Bolinaga, presidente para los negocios de AES en Panamá, coincide con Aued en que se invierta más en educación y tecnología, sin ignorar que en el sector energético hay una tarea pendiente y es garantizar que todos tengan acceso a un servicio de calidad, porque existen aún desigualdades en esta materia.
“4% de los panameños no tienen luz eléctrica. La brecha se abre mucho más por lo que el primer paso que tiene que hacer el sector privado energético, es crear una seguridad energética que vaya acompañada del crecimiento económico que tiene el país”, resaltó.
Además de estos desafíos, todos los países enfrentan el gran reto del cambio climático.
En Panamá este año estamos ante la presencia inminente del fenómeno del Niño, que se traduce en un período extremo de sequía hacia finales de este año.
“Eso generará una presión mayor en nuestros lagos: Gatún para el Canal, pero también en la parte eléctrica en Bayano y Fortuna para poder operar”, dijo Bolinaga.
En el caso del sector financiero, que tiene cifras positivas y de crecimiento en los últimos años, Otto O. Wolfschoon, Jr, presidente de la Asociación Bancaria de Panamá, sostiene que no hay que descuidarse en los indicadores macroeconómicos e insiste en que hay que tener cuidado con los déficit fiscales, que sean razonables y financiables.
Analizando más allá de lo que involucra su sector, Wolfschoon dijo que en Panamá se debe pensar en una planificación del país moderna en la que se analice cuáles son los sectores más competitivos y cómo mejorar. “Ampliamos el Canal pero estamos haciendo exactamente lo mismo que el Canal antiguo, pero no desarrollamos nada de valor agregado alrededor de eso”, cuestionó Wolfschoon.
“No hay un país competitivo sin educación. Tenemos que repensar la educación. Por lo general tendemos a pensar solo en la educación primaria y secundaria, pero es una vergüenza que no tengamos en Panamá una escuela de alto nivel gerencial. Tenemos que comenzar a empujar una mejor educación de calidad”.
Para preservar la competitividad marítima se requieren reformas
En el sector marítimo aunque Panamá es un hub para el registro de barcos, Belisario Porras, socio de Patton, Moreno y Asvat, indicó que tiene muchos desafíos frente a otros mercados competidores.
“Actualmente Panamá tiene 8,650 naves dentro de su registro, equivalente a 245 millones de toneladas, brutas y representamos prácticamente 16% de la marina mercante mundial, lo cual es un orgullo enorme para nuestro país”.
Pero indicó que para mantener esa competitividad se debe reformar la ley 57 que regula todos los procesos de trámites del registro naval para hacerlo más eficiente. Otra de las acciones que se ha propuesto es hacer de ese registro un sistema más corporativo, sacarlo de la Autoridad Marítima de Panamá y crear un ente tipo corporación para estar a la par de los registros navieros abiertos privados que están compitiendo con Panamá.
Otro planteamiento para preservar la competitividad en el registro, según Porras, es profesionalizar el sistema diplomático consular. “Esa red de consulados representan el registro naval de Panamá en los distintos puertos y ciudades del mundo y esto señores los cambian cada rato y ellos son los que deben promover y mercadear el registro naval en el mundo, si se profesionaliza eso, será una ventaja enorme”.