La calificadora de riesgo Fitch reafirmó la calificación soberana de Panamá en BBB- con perspectiva estable, manteniendo el país su grado de inversión.
La agencia basó su decisión en el alto ingreso per cápita del país, un historial de sólido desempeño macroeconómico con altas tasas de crecimiento e inflación relativamente baja.
No obstante, Fitch advierte que el país sigue siendo susceptible al entorno externo por su dependencia al financiamiento internacional. Igualmente, la calificadora sostiene que la base de ingresos del gobierno es relativamente estrecha, sumado a un historial desigual de cumplimiento de los objetivos de consolidación fiscal.
En la actualización de la calificación soberana, Fitch indica que las protestas del mes de julio pasado revelaron el descontento con las preocupaciones sociales, incluida la pobreza, la desigualdad y los niveles de corrupción. Este último punto contrarresta de forma significativa los puntos a favor del país, dijo la calificadora.
“El malestar social puede tener implicaciones fiscales más allá de este año, ya que podría aumentar las presiones de gasto social”, indica la agencia. En cuanto a las perspectivas de crecimiento, Fitch apunta a un 9%, lo que supera la estimación del Gobierno que ronda el 6%.
El crecimiento, de acuerdo con la firma, se situará en 4.5% en 2023, por debajo de la proyección anterior de 5%. “Los riesgos se inclinan cada vez más a la baja ya que se espera una recesión leve en Estados Unidos a mediados de 2023, además de un escenario económico mundial adverso”, acota la firma.
En su análisis, la agencia considera que la inclusión de Panamá en la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional no ha tenido efectos económicos negativos materiales, y espera que siga siendo así, aunque salir de la lista sigue siendo un desafío legislativo clave y es un componente importante de la política del país.


