Panamá necesita 10 embalses para los próximos 50 años; urge empezar con el del Canal



En Panamá suele llover ocho meses al año. Pero en este 2023, que está a punto de terminar, esos chaparrones entre mayo y diciembre han sido tímidos. No han descargado el volumen necesario para menguar la sequía de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá.

Con esto, se ha reavivado la urgencia que se encendió entre el año 2015 y 2016, cuando el fenómeno de El Niño, al igual que ahora, secaba las fuentes de agua para el paso de los barcos por el Canal y el consumo de la población en el país.

Desde aquel entonces, se volvió a estudiar la posibilidad de hacer un embalse en río Indio. Pero después de múltiples estudios, años de recopilación de datos, consultorías y mediciones, nada se ha concretado. Mientras tanto, El Niño -que se espera cada 15 años- se adelantó 8 y agravó la situación en el 2023. ¿Qué debe hacer el país? ¿Cuál es el papel del gobierno central, la Asamblea Nacional y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) para afrontar la crisis?

Hay una serie de responsabilidades compartidas, que van desde decidir el alcance del proyecto que se desarrollará, aprobar cambios legales para ampliar el territorio que es considerado como cuenca del Canal y además, eliminar la restricción de hacer embalses, para el tercer juego de esclusas, según la Ley 28 del 2006.

Panamá necesita 10 embalses para los próximos 50 años; urge empezar con el del Canal
El administrador del Canal, Ricaurte ‘Catín’ Vásquez, reconoce el sentido de “urgencia” que requiere el desarrollo de un proyecto hídrico para que la ruta siga siendo confiable. Richard Bonilla

Cuando se aprobó la ampliación del Canal, en 2006, se descartó la creación de embalses como parte de una narrativa que en ese momento buscaba la aprobación de la obra sin el ruido que generaba hacer reservorios (inundaciones) que impactaran a ciertas comunidades.

Pero resulta, que para tener más agua y garantizar el paso de los barcos y el consumo de la población esto es precisamente lo que se necesita, según las recomendaciones que finalmente hizo la junta directiva de la ACP al Ejecutivo en septiembre de este año.

Desde el año 2018, el entonces administrador del Canal, Jorge Luis Quijano, advertía que la creciente demanda de agua de los panameños en el área metropolitana, unida a una mayor necesidad de este recurso para mover las nuevas esclusas del Canal, exigía que se definiera de forma urgente un nuevo reservorio o embalse para el país.

En la administración de Ricaurte “Catín” Vásquez -que inició en septiembre de 2019- también se le puso énfasis a la necesidad de conseguir más agua, pero se empezaron a explorar otras opciones, principalmente dentro de la cuenca actual. Sin embargo, pasado los últimos años se ha llegado al mismo punto de origen.

En este 2023, Vásquez ha reconocido que el problema de la disponibilidad de agua es más amplio de lo que inicialmente se había pensado.

Y ahora, en una conversación con La Prensa la palabra “urgente” parece tener más vigencia que nunca. Las decisiones que tomen los panameños marcarán el destino del país por los próximos 50 años, recalcó.

Panamá necesita 10 embalses para los próximos 50 años; urge empezar con el del Canal
Un barco transita por el Canal de Panamá. El 2023 es el segundo año más seco en la historia registrada en la cuenca, por lo que el Canal ha llevado adelante una estrategia operativa enfocada en la conservación del agua ante la disminución de los niveles de los lagos Richard Bonilla.

Mientras tanto, en el mismo país que se ha visto cómo se reduce el número de tránsitos de barcos por el Canal por falta de agua, se celebra que se hayan decidido los siete puntos desde donde se podrá extraer agua cruda para los culecos que se realizarán durante el Carnaval 2024 en la provincia de Panamá Oeste, según el Ministerio de Ambiente.

Panamá necesita 10 embalses para los próximos 50 años; urge empezar con el del Canal

¿Qué pasó en 4 años que ningún proyecto ha iniciado?

En realidad, el tema del agua tiene unas oscilaciones importantes, hay años que son excepcionalmente lluviosos y que nos dan [permiten] para ganar tiempo... Y como habíamos dicho entonces, hay dos temas que son fundamentales para el Canal. Primero, la definición de la cuenca, que ese es un tema que gravita todavía como una decisión pendiente y una tarea inconclusa del país... Y lo segundo es una restricción que queda residual del la ley que aprobó el referéndum de la ampliación del Canal, que establece que el Canal no hará embalses para la operación del tercer juego de esclusa y lo dice así taxativamente. Esa cláusula todavía está vigente.

De acuerdo con Vásquez, teniendo presente que no se podía construir un embalse por las restricciones legales, se exploró Bayano.

Esto implicaba llevar agua por tubería desde el lago Bayano al lago Gatún o Alhajuela, pero este proyecto excedía con creces el costo que consideraban razonable. Contó que siguieron trabajando con otras soluciones, entiendo que se necesita atender las operaciones del Canal y el consumo humano, que equivalen a 11 esclusajes, justo la cantidad de agua que podía aportar un embalse en río Indio.

En palabras llanas, esto implica que descartaron Bayano por ser costoso y se decantaron por el embalse de río Indio, confirmado que el reservorio cumplía con los requerimientos.

Y como se trata de una operación que involucra el consumo de agua de la población, el gobierno central debe atender parte de la infraestructura.

En septiembre, la junta directiva de la ACP entregó al Ejecutivo la propuesta para enfrentar la crisis. Sin embargo, a la fecha no hay ninguna respuesta. En tanto, el Canal que solía atender 36 buques diarios, pasó a 22 en diciembre de este año y espera atender 24 navíos en enero de 2024.

¿Cuál es el estatus de la propuesta que hizo al Ejecutivo?

El título constitucional y la ley orgánica del Canal facultan a la junta directiva del Canal a proponer la definición de la cuenca. Eso lo hizo con la Ley 44 [del 31 de agosto de 1999] que quedó derogada.

¿Qué resulta ahora? La junta directiva le propone al Ejecutivo los límites de la cuenca hidrográfica del Canal. En esta propuesta el límite se extiende, desde donde está ahora mismo, semidefinida por la Ley 21 (de 1997), a una definición geográfica expresa, clara y mayor a la que usaban antes de la transferencia del Canal de Panamá, porque las necesidades de agua son mayores.

Cuando se hizo la ampliación, la cuenca que se propuso iba hasta el río Coclé del Norte. [Ahora ] en esta propuesta la definición llega hasta el río Indio; obviamente porque de hacer un proyecto ese es el que nosotros tenemos más estudiado, más avanzado, redimensionado y que conocemos mejor.

El Consejo de Gabinete entonces debe ver si adopta este proyecto de ley que incluye la definición de la cuenca y elimina la restricción de construir embalses en general.

No dice si vas o no vas a hacer [ el proyecto en] río Indio, pero elimina la restricción de construir embalses. Entonces, eso es lo que contiene la propuesta de ley que el Consejo de Gabinete debe aprobar para remitir a la Asamblea Nacional... Con esos elementos debidamente aprobados y discutidos, se le da entonces la licencia social al Canal de Panamá para comenzar a trabajar y seguir trabajando, porque ya lo hemos hecho anteriormente: hablar con las comunidades, entender cuáles son las necesidades y respetarlas.

¿Cuál es el tiempo límite que tiene el Canal para que se tomen estas decisiones?

En realidad son decisiones que están pendientes y son urgentes. El nivel de urgencia no va a ser siempre el que tenemos hoy por el fenómeno de El Niño, que redimensiona la urgencia... El Canal de Panamá tiene dos restricciones operativas. La primera; la capacidad de planta y equipo: el tamaño de las esclusas, los cauces de navegación, las limitaciones que impone el puente de las Américas. Esas son las limitaciones físicas del Canal. Y la segunda limitación es la disponibilidad de agua, que esa puede ocurrir en cualquier momento y está ocurriendo con mayor frecuencia y con mayor severidad; entonces hay que atenderla.

El cambio climático imprime un sentido de urgencia que no cambia...

La urgencia no cambia. Este fenómeno está ocurriendo en el Amazonas, en el Rin, en el Danubio, en el Yangtsé y en el Misisipi. Este fenómeno de variabilidad climática está afectando a los patrones de clima, del estado del tiempo, las precipitaciones. Eso es una realidad. El tema aquí es que cambia la confiabilidad del Canal de Panamá porque es como si estuviéramos jugando una lotería.

El país necesita más embalses, no solamente para la operación del Canal de Panamá, también en provincias centrales, para distribución de agua y riego, en otras partes del país con distintos propósitos. Para la operación y la sostenibilidad humana, el país necesita hacer para los próximos 50 años unos 10 embalses. El Canal posiblemente requerirá el mayor, pero esa necesidad de poder almacenar agua ante esa variabilidad climática -simplemente para tener agua para tomar, para poder tener alimentos a través de la agricultura local es vital y es inescapable. Para nosotros sigue siendo urgente, pues se torna en un problema de confiabilidad para nuestros clientes...

El Canal siempre se presentó como una ruta confiable, y ahora vemos que la falta de agua se traduce en lo contrario. ¿Cómo se siente como administrador del Canal, al ser quién tiene que dar la cara?

A pesar de todos estos problemas, 30% menos de precipitaciones de lluvia y menos capacidad de poder almacenar agua, el Canal de Panamá ha seguido dando un servicio confiable a un número de tránsitos menor. Obviamente pasar de 36 tránsitos a 24 es una reducción impresionante y afecta a todo el mundo...

La administración ha hecho lo que le toca: ser muy transparente con los clientes, entendiendo que no se llenan las aspiraciones de tránsito y confiabilidad que ellos requieren, ciertamente, pero desde febrero nosotros hemos anunciado restricciones y condiciones para que ellos puedan hacer ajustes a su ruta. No siempre es fácil, no siempre pueden resolverlo, pero siempre se les ha dado la información con la más absoluta transparencia para que la decisión, aunque tengan que ir por otra ruta, la tomen con información fidedigna...

Desde el punto de vista de disponibilidad de agua, los clientes del Canal lo entienden porque lo viven en otras rutas. La pregunta que les queda es cuándo vas a hacer la solución de largo plazo. Por eso el reclamo trasciende al Canal de Panamá y le envían cartas al Presidente... Evidentemente, si alguien pregunta la decisión es de ayer, pero hay que tomarla correctamente...

¿Los tiempos políticos y la reciente convulsión social del país influyen para no acelerar al proyecto, en lo que respecta al Ejecutivo?

Efectivamente sí. La presentación del informe del Cuerpo de Ingeniero de del Ejército de Estados Unidos [sobre un sistema de gestión de agua] data de febrero de este año, así que ya nosotros teníamos una definición mucho más clara, que la que teníamos anteriormente; impactaba menos, el espejo es más pequeño, con una serie de afinamientos para poder reducir la huella y el impacto que tiene.

Vea mañana: El impacto económico de la crisis del agua


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