Panamá tiene un rol protagónico para lograr que Centroamérica acelere su transición energética hacia el desarrollo y uso de más energía de fuentes renovables como solar, hidro, eólica y también las fuentes alternativas como el hidrógeno verde y de biomasa.
Así lo considera Francesco La Camera, director general de la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena), al indicar que se busca ayudar al país a concretar en el corto y mediano plazo los planes de descarbonización de la economía, pero a su vez que sea un hub logístico de esas energías como el hidrógeno verde para el suministro del continente a través del Canal.
“Pensamos que el Canal puede rediseñarse operativamente para ser un centro de transporte y almacenamiento de hidrógeno verde”, apuntó.
El Plan Energético Nacional de la Secretaría Nacional de Energía (SNE) de Panamá detalla que para 2050 la meta es que 21.52% de la generación de electricidad provenga de fuentes hidroeléctricas, 34.71% de gas, 36.97% de carbón, 3.18% eólico, 0.50% solar, 0.12% bunker, 0.11% biomasa y 2.88% importaciones.
En 2021, según la SNE, 81% de la generación eléctrica se produjo de energías renovables.
Entretanto, Irena reveló lo que denominan la Hoja de Ruta de Energías Renovables para Centroamérica: hacia una transición energética regional, en la que se incluye a Panamá y muestra un escenario en el que se requerirán inversiones por más de 1,930 millones de millones de dólares a ejecutarse en proyectos hasta el 2050.
Se mencionan varios objetivos como lograr una planificación regional integrada y diseñar una estrategia conjunta de descarbonización. Además de que se expandan las redes de transmisión y distribución.
En la práctica, explica que para lograr la descarbonización, es fundamental contar con nuevas tecnologías, con el personal capacitado y con leyes e incentivos que atraigan la inversión a la región para financiar los proyectos.
Usar recursos renovables locales para la generación eléctrica y los servicios de energía reducirá el consumo de combustibles fósiles en el sector eléctrico en 90% y hasta 65% en el sector de consumo final de esa energía.
Un transporte limpio
En un escenario de descarbonización, la Hoja de Ruta recuerda que el uso de combustibles más limpios en el transporte y en el área residencial llevaría a una disminución de la contaminación local y doméstica y a que las emisiones de dióxido de carbono en la industria eléctrica y entre los consumidores en Centroamérica se reduzca 72% hacia 2050.
El plan concreto es que se electrifique el 77% de la flota de transporte de pasajeros y el 53% de la flota de carga para 2050 en toda Centroamérica. En específico en este segmento el uso de tecnología en el transporte implica costos por 485 mil millones de dólares, incluida una flota de vehículos eléctricos y toda la infraestructura tanto para pasajeros como para carga.
Otro plan es introducir tecnología limpia con estufas eléctricas en los hogares de Centroamérica. “Las estufas mejoradas y eléctricas aumentarían 8.6 veces para 2050 en comparación con 2018″.
La Camera explicó que la capacidad de energías renovables en Centroamérica estaba en el 67%en el 2018, y se quiere llegar al 75% para 2030 y a más de 90% para el 2050.
El momento de la región
El director de Irena plantea que América Latina tiene la oportunidad de transformar toda su matriz energética por la gran cantidad de recursos naturales que posee y así reducir la alta dependencia de combustibles fósiles.
“Latinoamérica es parte de todo este sistema energético global y la región sigue dependiendo mucho de la importación de combustibles fósiles a un precio muy alto, y se ha visto el impacto negativo que ha tenido en las economías y en el costo de la energía, por la crisis que desató el conflicto en Ucrania. Es urgente que se adopte la energía renovable y un sistema descentralizado de energía para superar la dependencia de los combustibles fósiles de hoy”.
Francesco La Camera cree que todas las energías renovables tienen el mismo potencial para lograr la descarbonización del planeta.
“Desde la energía hidroeléctrica, que puede jugar un rol no solo en proveer energía, también en crear un balance en el sistema. Por su parte, el hidrógeno verde se puede almacenar para producir energía renovable o como combustible para el transporte de carga vía terrestre, marítima y aérea. Así que todas las energías pueden trabajar juntas para balancear y dar forma a un nuevo sistema energético, más limpio y más económico para el planeta”.
El experto sostuvo que se debe trabajar en conjunto las metas de Desarrollo Sostenible y las medidas para crear un sistema energético limpio con los planes de transición en cada país.