Panamá hace esfuerzos por salir de la lista de países con deficiencia en la lucha contra el blanqueo del Grupo de Acción Financiera (GAFI) en la cual lleva tres años, en esta su tercera inclusión en los últimos veinte años. Panamá ha estado en lista GAFI con todos los gobiernos post invasión.
Personal técnico trabaja para pasar la evaluación. Los puntos pendientes, de una lista de quince, se han ido reduciendo a tres. Se reportan avances. Ello es positivo y debe ser apoyado.
Panamá tiene un problema mayor que el de estar en lista GAFI. Lo seguirá teniendo aún después de salir de ella, lo cual es posible que suceda en el 2023.
El problema consiste en una falta de visión clara a largo plazo de lo que quiere y puede ser como centro de servicios financieros.
El pasado pareció ser glorioso. El presente muy retador. El futuro no está claro. Hay que aclararlo.
La historia no nos favorece. Debemos conocerla con el fin de superarla y labrarnos un mejor futuro. Es posible si intervienen más personas, sobre todo jóvenes con una renovada visión y cargados de exigencias de transparencia y rendición de cuentas.
El futuro puede ser tan prometedor como queramos que sea.
La historia, que hay que conocer, para evitar repetir, incluye contrastes como estos:
En el año 2015 el gobierno de Panamá gastó esfuerzos y dinero para atacar los estándares internacionales. Es legítimo discrepar de un orden internacional que está – sin duda- desbalanceado, pero es difícil encontrar un centro financiero internacional de primera línea que proceda igual. Se está con los estándares, lo que dicen todos los centros financieros hacer, o en contra de los estándares, lo que ningún centro manifiesta.
Panamá contrató a abogados en Estados Unidos para advertir y amenazar a fijadores de estándares internacionales sobre acciones en caso de exigírsele cumplir los estándares. Los abogados enviaron carta en nombre del gobierno de Panamá en este sentido.
Luego, por la fuerza de los Panamá Papers, en abril 2016 pasó a querer, y cito textualmente el decreto de creación de comisión de alto nivel: “liderar los esfuerzos de la comunidad internacional para una nueva arquitectura financiera global.” La comisión estuvo integrada inicialmente por el premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, quien renunció al no ver real interés de cambio. No hemos liderado estos esfuerzos. Estando en la lista gris de GAFI es muy difícil hacerlo.
Panamá es cada vez un centro más regional y local. 60% de los depósitos bancarios son de Panamá, 17% de Suramérica, 9% de Centroamérica, 8% del Caribe, 5% de Norteamérica y 1% de Europa. La inversión extranjera en Panamá proviene 70% de América, 19% de Europa y 2% Asia.
Estar en lista GAFI y la corrupción nos cuestan oportunidades y futuro. El sector financiero nacional representa el 7.3% del producto interno bruto (PIB) ($2,973 millones).
El 7.6% del PIB es el impacto promedio de entradas de capital a un país por estar en lista GAFI.
Para Panamá representaría $3,095 millones. ¡El monto equivale a tres ciudades de la salud (con sobre costos incluidos)!
El autor es abogado