El primer ministro polaco, Donald Tusk, propuso este miércoles la creación de una policía marítima para patrullar el Báltico después de la rotura la semana pasada de dos cables submarinos que unen Finlandia con Alemania y Lituania con Suecia.
“Necesitamos nuevas herramientas y medios ambiciosos para contrarrestar las amenazas, por eso propongo hoy que creemos una policía marítima en el Báltico”, dijo Tusk en una rueda de prensa conjunta tras una reunión con jefes de Gobierno nórdicos y bálticos en Harpsund, al suroeste de Estocolmo.
Tusk, que citó como ejemplo la colaboración que existe entre los países de la zona para realizar patrullas aéreas en el Báltico, aseguró que sus colegas habían considerado “interesante” la propuesta y que seguirán trabajando en los “detalles”.
“Tenemos problemas tanto debajo como encima de la superficie del mar Báltico. Hay buenas razones para seguir discutiendo esto con gran cuidado y de forma positiva”, dijo el primer ministro sueco, Ulf Kristersson.
La Fiscalía sueca informó que la Marina de este país nórdico ha finalizado las pesquisas en el lugar donde los dos cables fueron dañados, en aguas internacionales pero en la zona de influencia económica de Suecia.
“La investigación continúa y se iniciará una cooperación más estrecha en el marco del grupo conjunto próximamente”, señala un comunicado, aludiendo a la colaboración entre Suecia, Finlandia y Lituania.
Finlandia y Suecia han lanzado una investigación preliminar por un presunto delito de sabotaje, mientras que la Fiscalía General de Lituania abrió diligencias por un posible acto de terrorismo.
Un carguero chino, principal sospechoso
Los datos de tráfico marítimo sitúan en las proximidades de ambos cables en el momento en que se detectaron las roturas al Yi Peng 3, un carguero chino que se encuentra anclado desde hace días en el estrecho de Kattegat, en aguas internacionales entre Dinamarca y Suecia.
El Yi Peng 3, que había zarpado del puerto ruso de Ust-Lugá y se dirigía a Egipto, está escoltado por una patrullera de la Marina danesa, a la que se unieron también las guardias costeras sueca y alemana, mientras varios países negocian con Pekín.
Kristersson reiteró que está en contacto con China y que su objetivo es que el barco se dirija a aguas suecas para “facilitar” la investigación.
“No estoy aquí para juzgar quién es el responsable. Mi opinión personal es que si algo parece sabotaje, es sabotaje, quizás sea hipersensible”, afirmó Tusk, quien cree que Rusia está “involucrada al menos” en lo ocurrido.