Bodegones con productos importados, conciertos internacionales, influencers mostrando la vida nocturna caraqueña como cualquier capital del mundo, lanzamientos de costosos vehículos de alta gama, nuevas empresas que surgen en sectores estratégicos y una economía donde el dólar predomina como medio de pago, es parte del retrato de la Venezuela del año 2024. O por lo menos, una parte de esa escena en las zonas urbanas y centrales del país.
Las imágenes de largas filas en los supermercados a la espera de que llegaran los alimentos y productos básicos, los anaqueles y pasillos vacíos en los comercios parecen ser sacadas de escenas que han quedado atrás en la patria de Bolívar. Han abierto nuevos comercios, los supermercados están abastecidos y hasta los migrantes mandan a pedir medicamentos a Venezuela porque los precios son inferiores a los que marcan productos farmacéuticos por ejemplo en Panamá.
¿Se arregló Venezuela? ¿Por qué regresan algunos migrantes que se fueron a Argentina, Chile, Perú, Panamá, e incluso de México y España?
Para tratar de entender qué sucede en la economía venezolana La Prensa conversó con Asdrúbal Oliveros, director de EcoAnalítica, quien participó en la reciente Cumbre internacional de la Cámara de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Venezolanos en el Exterior (Cavex) que se realizó en la ciudad de Panamá.
El economista Oliveros lo resume con una oración: ‘hay una economía más pragmática’. Asegura que la ola de expropiaciones se detuvo, y el régimen de Nicolás Maduro -ahora en campaña política- ha entendido que requiere al sector privado para que la economía salga a flote, mientras existen aún restricciones internacionales.
Oliveros relata que el dólar predomina como moneda de pago en efectivo y los precios se fijan de acuerdo a la moneda estadounidense. Además el sector privado ha encontrado la manera de sobrevivir y atender a un mercado ávido de consumo, que aunque es más pequeño en términos de producto interno bruto (PIB), comienza a mostrar las primeras señales de recuperación luego de una década de crisis, hiperinflación y escasez.
“Es una economía que aunque no está dolarizada formalmente como Panamá o Ecuador, tiene una dolarización avanzada, estamos hablando de que cerca de la mitad de las transacciones se pagan con dólares principalmente en efectivo y más de 90% de los precios ya se están fijando en dólares y la cantidad de efectivo en la moneda estadounidense, en la calle es tres veces más que los bolívares”, indica Oliveros.
Menciona que debido a que la economía estaba sumida en un foso, se registra un efecto de crecimiento de doble dígito en varios sectores estratégicos entre los años 2021 y 2023 como el de alimentos que creció en ese período 40%, seguido de salud, servicios profesionales, tecnología y medios de pago.
“Estos sectores concentran el consumo de un país con una población que se ha empobrecido, para la que los alimentos y la medicina son clave. También los servicios, dado los cambios por la dolarización. El que no exista suficiente efectivo en bolívares y las dificultades para pagar, han potenciado el surgimiento de nuevos medios de pago, además de la tecnología con la automatización de las ventas y del trabajo híbrido, además de un mayor despliegue de internet por fibra óptica”.
Oliveros indica que en estos sectores se ha concentrado la mayoría de las nuevas inversión y el establecimiento de nuevas empresas.
¿Hay oportunidades para que empresas panameñas inviertan en Venezuela o los capitales venezolanos regresen?
Sí hay muchas oportunidades. Por supuesto que Venezuela es un país con un riesgo importante y con dificultades operativas, pero también muestra oportunidades y hay mucho por hacer, y más en estos sectores que están creciendo. Es una economía que ha caído mucho y se ha vuelto más pequeña pero la proyección es que un mayor crecimiento hasta de doble dígito en algunos de los sectores.
¿Qué ha sucedido con el tema de la seguridad jurídica que hace años se alertaba de expropiaciones y violación a la propiedad privada?
La seguridad jurídica sigue siendo una tarea pendiente. Obviamente en Venezuela una defensa plena de los derechos de propiedad no existe, lo que tenemos es una visión más pragmática por el lado del Gobierno que tolera y permite al sector privado, y ha relajado la política de los controles y se da espacio a la inversión privada.
Es importante que Venezuela pueda avanzar en una sólida estructura de seguridad jurídica, con la que todavía no se cuenta y es un factor de riesgo que ven muchos inversionistas. Sin embargo, del discurso del sector privado como enemigo, se ha pasado a uno más pragmático donde se permite espacio al sector privado pero aún hay mucho que hacer.
¿Por qué si se comienza a reanimar la economía seguimos viendo la migración de venezolanos arriesgando su vida para cruzar por Darién y seguir rumbo al norte?
Estamos hablando de que estos cambios, que primero los están capitalizando las empresas, porque son cambios a nivel macroeconómico, pero todavía esa visión micro y social, donde la mayoría de la población se sienta beneficiada no ha llegado a Venezuela. Para eso falta crecimiento sostenido por mucho tiempo y que muchos de los beneficios que ven algunas empresas se traducen para las personas. Hace falta mejorar en los servicios públicos y además en los ingresos y salarios. Y lamentablemente estamos muy lejos de allí.