Hace algunos años escribí un artículo titulado “El Dilema de Santa Claus”, donde reflexionaba sobre los desafíos que enfrenta nuestro querido Santa Claus para cumplir con los deseos de los niños en un mundo cada vez más tecnológico. Hoy retomo esas reflexiones pero con una actualización: el panorama de regalos y preferencias en 2024 ha evolucionado.
La fábrica en el Polo Norte sigue operando a toda marcha, pero me imagino que ya no solo depende de Silicon Valley o Asia, sino que inevitablemente ha integrado a la cadena de producción innovaciones como la inteligencia artificial y la impresión 3D. Estos avances, combinados con el auge del comercio electrónico, seguramente han transformado la logística de Santa Claus esta Navidad
Este año, estudios y proyecciones de diversas firmas de mercado revelan que las prioridades de consumo han cambiado. La tecnología inmersiva, la realidad virtual, los dispositivos de realidad aumentada y las consolas de videojuegos de última generación encabezan las listas de regalos. Pero los consumidores también están valorando productos tecnológicos más sostenibles, fabricados con materiales reciclados o diseñados para un menor consumo energético.
Cada vez más personas están optando por regalar experiencias en lugar de cosas materiales. Desde entradas a conciertos hasta suscripciones a plataformas de aprendizaje o actividades recreativas, esta tendencia ha calado tanto en adultos como en jóvenes.
También es creciente la entrega de regalos personalizados y hechos a mano. Aunque la tecnología avanza, lo artesanal nunca pasa de moda. En un mundo de producciones masivas, regalar algo único, como artículos personalizados, productos locales o creaciones hechas a mano, está cobrando protagonismo.
Los artículos de vestuario siguen siendo populares, pero ahora la demanda se inclina hacia marcas sostenibles y éticas. Los consumidores están priorizando prendas hechas con materiales orgánicos y procesos responsables.
Para los más pequeños, los juguetes educativos, enfocados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), se han convertido en un regalo estrella. Estos juguetes no solo entretienen, sino que también fomentan habilidades críticas para el futuro.
Pero Santa también se está apoyando con el comercio electrónico. Las compras en línea son más importantes que nunca. El 45% de los consumidores hace sus compras en plataformas digitales, y muchos de ellos confían en las recomendaciones de las redes sociales para decidir qué regalar. Instagram y TikTok se han convertido en escaparates virtuales, donde los influencers juegan un papel clave en las decisiones de compra.
A pesar de estas tendencias, el espíritu navideño permanece intacto. La reflexión, la fe y los encuentros en familia siguen siendo el corazón de esta festividad. Mis hijas Isabella y Anabella ya dejaron sus cartas bajo el árbol, pero saben que la magia de la Navidad no está sólo en los regalos, sino en los momentos que compartimos juntos.
Querido Santa, el año 2025 promete ser un año emocionante y desafiante. El mundo está complicado pero estoy seguro que prevalecerá la humanidad y la gente de bien por encima de todo. Feliz Navidad.