Se disparan tasas de interés de préstamos a más del 7% para la construcción, la industria y la ganadería

Se disparan tasas de interés de préstamos a más del 7% para la construcción, la industria y la ganadería
Las tasas para préstamos en el sector de la construcción eran de 6.72% en diciembre de 2022. En junio pasado alcanzaron 7.45%. Archivo


El escenario predicho ha llegado. El encarecimiento del crédito es un hecho en la nueva realidad postpandemia.

Las tasas de interés se han disparado por casi un punto porcentual desde 2019, superando el umbral del 7% para préstamos en los sectores ganaderos, industriales y construcción, mientras que los del sector agrícola sí se han reducido levemente.

En concreto, los préstamos en el sector de la construcción tenían tasas que rondaban el 6.84% a marzo de 2019 (tasa de referencia trimestral), misma que fue cayendo levemente de mes a mes, hasta que se revirtió esa tendencia a inicios de este año, cuando la tasa de préstamos en este sector pasó de 6.72% en diciembre de 2022, a 7.08% en marzo y luego a 7.45% en junio de 2023.

En el caso de la industria, la tasa aplicable en marzo de 2019 fue de 6.46%, para bajar unas décimas hasta 6.05% y 6.17% en septiembre y diciembre de 2022, respectivamente. En la misma tendencia, la tasa se disparó a 6.88% en marzo y 7.14% en junio de este año.

Igualmente, en cuanto al sector ganadero, la tasa de 6.77% aplicable en marzo de 2019 corrió hacia la baja para dispararse al 7.16% en junio de 2023, según cifras de la Contraloría General de la República.

El único sector cuyos préstamos redujeron sus tasas es el de la agricultura, que imponía costos por el orden del 6.47% a principios de 2019, y al que ahora se le está cobrando intereses ligeramente más bajos, tasados en 6.34% a junio de 2023, algo que podría atribuirse a la necesidad de la banca de impulsar el sector primario tras la vulnerabilidad del área de servicios y el consumo que se expuso en toda su magnitud con la pandemia.

Los datos son recolectados por el Instituto de Estadística y Censo de la Contraloría con base en la información proporcionada por la Superintendencia Bancaria de Panamá.

Cartera de crédito

El último informe de la situación bancaria correspondiente al primer semestre del año muestra un crecimiento de 5.3% en la cartera de crédito de la banca comercial en comparación al año anterior, totalizando así los $59,614 millones. Este aumento se desglosa en un crecimiento de 4% en el crédito a las empresas y personas físicas con actividad empresarial, el 2.6% al consumo, de 5.4% en hipotecas y del 18.4% para actividades de servicios financieros.

Un dato interesante es el crecimiento de 1.2% en los préstamos a la construcción, alza que no había ocurrido desde mayo de 2018 según la misma SBP.

Por otro lado, la morosidad de la cartera hasta mayo se ubicó entre el 4.1% y el 1.6% para préstamos con atrasos entre 30 y 90 días. Los que superan los 90 días de morosidad se traducen en el 2.5% de las deudas pendientes.

El economista Adolfo Quintero explica que hay dos efectos del incremento de la tasa de interés, la pasiva que es el aumento de los intereses que reciben los ahorristas y la activa, que es el incremento del costo del financiamiento que realiza la empresa o las personas, a lo que hay que sumarle el costo de financiamiento de los países, que también se encarece.

En pocas palabras, cuando suben las tasas de interés, el ahorrista se beneficia, el deudor se perjudica y quedan en vulnerabilidad aquellos que no puedan asumir esos nuevos costos de financiamiento. Y en el plano más general, se reduce la dinámica económica que tenía el país, explicó Quintero.

Otra consecuencia que subraya el economista es que al aumentar los costos habrán menos personas con capacidad de acceder a esos nuevos costos de financiamientos y también afecta negativamente a la economía: es como una especie de espiral.

Una ventaja comparativa que tiene Panamá –matiza Quintero- es que como no tiene banca central, los costos de financiamiento aumentan o disminuyen en función de lo que está pasando en el mercado financiero internacional.

“Si tuviéramos una banca central que emita papel moneda, significaría que el gobierno podría disparar la tasa de inflación al imprimir papel moneda”, lo que sustenta el hecho de que las tasas de interés en Panamá dependen tanto de la situación del mercado financiero nacional como el internacional.

La falta de banca central, en cambio, ha sido puesta en perspectiva por otros economistas nacionales como un instrumento del que carece el Estado panameño para controlar justo la dependencia de los intereses bancarios, los precios y las condiciones externas que hacen más vulnerable la economía panameña.

El atractivo principal de la plena dolarización es que elimina el riesgo de devaluación fuerte o repentina.


LAS MÁS LEÍDAS