La economía panameña está pasando por una etapa de transición entre la incertidumbre que se vivió en el primer semestre por el período electoral, que llevó a un menor ritmo de consumo, con una disminución en la solicitud de créditos por parte del sector privado especialmente el comercial, a una nueva etapa de reacomodo con mejores perspectivas de crecimiento hacia finales de este año y en el 2025.
Así lo indicaron distintos analistas económicos y bancarios que participaron en el Primer Encuentro de Innovación Financiera organizado por Deloitte.
Luis Navarro, socio de Indesa, quien expuso sobre las perspectivas económicas, apuntó a que la economía panameña crecerá un poco más de 2% este año y para el 2024 se estima que se ubique entre 4% y 5%.
“Durante los próximos 6 a 12 meses hay todo un paquete de reformas que se han planteado que son necesarias. La manera en que se ejecuten determinará el resultado final de la economía. A su vez el manejo del tema de la Caja del Seguro Social y el presupuesto del año fiscal 2025 también son parte las decisiones que se deben tomar para analizar cómo marchará la economía″, dijo Navarro en conversación telefónica con La Prensa.
Añadió, además, que en 2025 será crucial resolver el tema de la mina, que es un aspecto pendiente para esta nueva administración, luego de que el noviembre de 2023 la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional el contrato entre el Estado y Minera Panamá y posteriormente se decretara una moratoria minera que canceló todas las concesiones y proyectos de ese sector y hay varios procesos de arbitraje contra Panamá por este tema.
El presidente José Raúl Mulino ha anunciado en varias oportunidades, que luego de abordar el problema de la CSS, su administración analizará el tema minero, no sin antes aclarar que no se sentará a dialogar mientras existan arbitrajes contra el país en esta materia.
El socio del Indesa insistió en que la economía panameña ha probado ser bastante resiliente y si se excluye el impacto del cierre de la actividad minera, la economía estaría creciendo a una tasa de 4% este año y no el 2% que incluye el efecto de la eliminación de las exportaciones mineras.
“Se entiende que Panamá sigue siendo un país atractivo para las inversiones y ahora con la tendencia que se avecina de un ciclo de tasas de interés más moderadas puede beneficiar el costo del financiamiento”, añadió.
Roberto Carias, socio de asesoría financiera de Deloitte en Panamá, dijo que el país mantiene buenas perspectivas para atraer nuevas inversiones y retomar la tendencia alcista del crecimiento del producto interno bruto que siempre ha exhibido el país en la región.
“Hay retos importantes que solucionar pero lo estamos viendo de forma optimista y positiva, creemos que el desempeño de la economía será sobresaliente en la región”, expresó.
Carias mencionó que se esperan más inversiones en sectores como el logístico, bancario, y de obras de infraestructura. Sectores en los que coincide Navarro al añadir que la construcción de vivienda residencial también espera que se dinamice el próximo año atrayendo compradores locales e internacionales.
Para Carias, aunque la deuda pública de Panamá se ubica en un 60% en proporción del producto interno bruto, aún está en niveles manejables y se espera que la política de contención del gasto anunciada por el Ministerio de Economía y Finanzas, de un recorte de 1,397 millones de dólares, tenga un efecto en la disminución de este indicador”. A su vez añadió que este año el déficit fiscal estará entre por encima del 4%, pero esperan que para 2025 se empiece a moderar.
Tasas de interés y créditos
Otro de los escenarios que ven los banqueros, es la recuperación del dinamismo del otorgamiento de créditos hacia los sectores productivos del país: comercio, industria, agricultura y construcción.
Aimeé Sentmat de Grimaldo, presidenta ejecutiva de Banistmo, quien abordó el reto que tiene el sector bancario para contar con el talento para emprender la transformación digital y la innovación, dijo que este año el primer semestre se caracterizó por una menor demanda de créditos del sector comercial y empresarial, a la expectativa de los resultados electorales.
Pero hacia este segundo semestre se ha comenzado a reanimar la demanda de préstamos para el sector comercial.
“El sector empresarial es el termómetro de esa lectura que vemos de cara al futuro y estabilidad del país y lo que estamos viendo es un sector optimista y con ganas de invertir y esperamos que se dinamicen de nuevo los créditos”, agregó.
Al cierre de julio la cartera de créditos locales del Sistema Bancario Nacional registró un saldo de $62,846 millones. Este monto refleja un aumento del 5.12% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que se traduce en un crecimiento de $3,062 millones.
Los mayores incrementos en los créditos se registraron justamente en el sector comercial con $979 millones adicionales, hipotecario $703 millones, consumo personal $592 millones, actividades financieras $542 millones e industria $515 millones.
La presidenta ejecutiva de Banitmo y ex presidenta de la junta directiva de la Asociación Bancaria de Panamá, mencionó que con la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de rebajar en 0.25% las tasas de interés de referencia, la economía entrará en una nueva fase de ajuste hacia la baja del costo del dinero.
La banquera dijo que el impacto de esta baja en los tipos de interés se verá en Panamá de forma paulatina, en la medida que bajen las tasas de interés de los nuevos depósitos a plazo que se vayan registrando en el mercado.
Ante la consulta del impacto en el país, la Superintendencia de Bancos de Panamá, expresó que la medida de la Fed efectivamente se traducirá en una potencial disminución del costo del financiamiento, es decir, en las tasas de interés que cobran los bancos, lo que mejoraría las perspectivas económicas de Panamá a mediano y largo plazo.
“Es importante resaltar que estos ajustes en el mercado local generalmente presentan un rezago, debido a contratos preexistentes y a la necesidad de gestionar el adecuado ajuste (matching) entre tasas de interés activas y pasivas. Por lo tanto, los efectos de los cambios en las tasas podrían materializarse hacia adelante, potencialmente en un horizonte de hasta un año, pero dependerán del tipo de producto financiero y de las condiciones contractuales específicas de cada cliente”, dijo el regulador bancario ante la consulta de varios medios.
Igualmente coincidió con los representantes del sector financiero, al indicar que una vez que se materialicen estos cambios, las instituciones bancarias podrían experimentar un aumento en la demanda de créditos debido a las tasas de interés más bajas, lo que contribuiría a impulsar el crecimiento económico del país.