Ayer, en la antesala de la reactivación de la Mesa Única de Diálogo por Panamá se dieron acontecimientos que marcarán el devenir y el tono de las conversaciones en las que se definirán reglas económicas y los pactos sociales que regirán en el país.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) hizo públicas las peticiones que ha hecho a los mediadores del proceso para participar del diálogo. Pero al no tener respuesta, el sector empresarial dijo que no será parte de la segunda fase de las conversaciones.
Para los representantes del sector privado es indispensable establecer reglas mínimas de un ejercicio de este tipo, lo que se traduce en consensos en temas tales como elaboración de la agenda de trabajo, establecimiento de la metodología y selección del facilitador.
“No podemos permitir que sea un diálogo para someter al sector productivo”, planteó Rubén Castillo, presidente del Conep, en conferencia de prensa ayer miércoles 5 de octubre.
En una carta enviada a José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá, con fecha del pasado 3 de octubre, el Conep detalló siete requisitos para incorporarse a las conversaciones: cualificación del mediador, definición de reglas claras por parte del mediador, metodología, legitimidad de los actores, definición de temas y objetivos, información necesaria para el diálogo y respeto a los derechos constitucionales.
En el séptimo punto el sector empresarial plantea que solo participarán del diálogo con los actores sociales si “se garantiza un ambiente de respeto en los espacios de trabajo, así como el derecho de libre tránsito para toda la ciudadanía”.
Agregan que “rechazan cualquier acto de presión que altere el orden público y el diálogo democrático”.
Las declaraciones de Castillo se dieron a las 10:30 de la mañana y hasta ese momento tenían la esperanza de que se les contactara para encontrar una fórmula que les permitiera ir al diálogo, de acuerdo con sus requerimientos. El Gobierno estaba al tanto.
A lo interno del Conep, incluso, se tenía la idea de que ante sus señalamientos y el poco tiempo que había para replantear las reglas de las conversaciones, se podría dar un aplazamiento de la convocatoria de la mesa del diálogo.
Pero a eso de las 3:00 de la tarde, el equipo de comunicación de Doris Zapata, ministra de Trabajo y secretaria técnica de la mesa del diálogo, circuló un comunicado en el que informaba que hoy jueves 6 de octubre deberían reanudarse las deliberaciones de la Mesa Única de Diálogo, teniendo como escenario la Universidad Tecnológica de Panamá.
El Ministerio de Trabajo confirmó la participación de los movimientos sociales y el sector estatal.
Además, recordó que la iglesia católica actuará como facilitador en una reunión de transición, con el propósito de apoyar al establecimiento de la metodología que se va a utilizar en la segunda fase.
La iglesia pasaría a ser observador, por lo que es necesario definir quién será el próximo facilitador. “Por el momento hay varias propuestas que deben ser definidas por consenso entre todos los actores que participan en el diálogo”, indicó la nota de prensa de la entidad, sin dar pistas de quiénes son los candidatos.
“El sector de la empresa privada ha señalado que aspira a tener igualdad de condiciones y participación en la mesa lo cual es muy importante para el Gobierno, porque define la intervención de todos los sectores en esta segunda fase que pudiese darse una vez establecida la metodología”, precisó el comunicado.
Esta se podría interpretar como una tibia o distante respuesta del Gobierno a los señalamientos del Conep, intentando dejar la puerta abierta para que el sector empresarial forme parte del diálogo, pero sin comprometerse a nada.
En esta segunda parte del diálogo se discutirán ocho temas: los disensos de la primera etapa; seguridad y soberanía alimentaria; pueblos originarios; derechos humanos y ambiente; vivienda y hábitat (infraestructura pública), educación, juventud y desarrollo social; salud y seguridad social; laboral; y transporte y logística.
Se trata de una conversación nacional en la que se toman decisiones que inciden e impactan tanto en el ámbito social como en el económico, con regulaciones de precios o el establecimiento de márgenes de ganancia, como es el caso de los alimentos y medicinas. La discusión de normas para el sector eléctrico o el control de la inflación a través de subsidios, como el que se impuso al combustible en la primera fase del diálogo.
Con respecto a las decisiones que ya se han tomado, desde el punto de vista de Castillo “es de vital importancia que exista la posibilidad de discutir y evaluar los acuerdos suscritos” .
Saúl Méndez, secretario general del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (Suntracs) reaccionó a las declaraciones de Castillo.
Ayer, circuló un audio a través de whatsapp en el que aseguró que eran testigos de una campaña de odio, mentiras y engaños por parte del sector patronal, aseverando que todos tendrían la misma cantidad de representantes en la mesa del diálogo.
“Naturalmente no aceptamos sus condiciones ni tampoco aceptamos sus mentiras, que de forma permanente se hacen públicas en los medios de comunicación... No tenemos miedo al debate. Pueden ir el diálogo”, dijo Méndez en el audio de 2.44 minutos. Pero de forma tajante también expresó que las conversaciones seguirán avanzando.
Ante, en la rueda de prensa, Castillo advertía que tenían la preocupación de que en la primera fase se dieron una serie de descalificaciones y actitudes que colindan con lo político e ideológico y no se participó con un espíritu de construir un camino para mejorar las condiciones del país.
El Conep reiteró su posición de participar en cualquier ejercicio de diálogo, pero con reglas justas y claras. En el gremio creen que el Consejo Nacional de la Concertación para el Desarrollo “es el espacio legítimo, representativo, que cuenta con metodología y sistema de verificación de seguimiento en el cual debe tratarse los temas de interés nacional”.
