Standard & Poor’s (S&P) informó este jueves 22 de agosto, en un informe de actualización, sobre la situación económica, que mantiene la calificación de Panamá que se ubica en BBB negativa/A-2, con perspectiva negativa, basada en el riesgo de un posible daño a la confianza de los inversores y a la inversión privada futura derivado del cierre de la mina Cobre Panamá el año pasado.
Esta calificación que fue dada el año pasado, mantiene al país en grado de inversión, a diferencia de Fitch que le quitó esta condición, mientras que Moody´s también tiene a Panamá en posición de grado de inversión.
La agencia había dado esa nota en noviembre del año pasado y en esta oportunidad, aunque no es una acción de calificación en este momento, incorpora en sus comentarios de actualización sobre el país, elementos como un mayor déficit fiscal, debido a la reducción de los ingresos y al menor ritmo de crecimiento económico.
Sin embargo, con la llegada del gobierno de José Raúl Mulino, la agencia le otorga comentarios positivos, indicando que se espera estabilidad política, así como continuidad en las políticas económicas clave.
“El presidente José Raúl Mulino, comenzó su mandato con más capital político que su predecesor, y es probable que mantenga las políticas pro empresariales de Panamá, que han permitido un crecimiento económico a largo plazo”.
El ministro de economía y finanzas, Felipe Chapman, dijo que el presupuesto del año 2025 será menor al de 2024, lo que envía un mensaje a las calificadoras del compromiso de contención del gasto público.
S&P también advierte que los desafíos fiscales son significativos, lo que subraya la necesidad de una reforma generalizada.
Igualmente menciona la agencia, que de no abordarse los problemas fiscales a tiempo, podría llevar a una mayor carga de pago de intereses de la deuda soberana y empeorar el perfil de flexibilidad y desempeño.
La calificadora presentó dos escenarios sobre la calificación de Panamá para los próximos 12 meses:
El escenario a la baja, apunta a que S&P Global Ratings podría bajar la calificación dentro de un año, si observa una inversión debilitada que afecte las perspectivas de crecimiento a largo plazo de Panamá.
“Podríamos bajar la calificación en los próximos 12 meses si la recuperación económica del país es más débil de lo esperado, limitando los ingresos del gobierno y empeorando las finanzas públicas”, describe.
El escenario en alza apunta a que podrían revisar la perspectiva de negativa a estable, si comprueban disciplina fiscal y medidas que permitan reducir la incertidumbre.
El ministro de Economía, Felipe Chapman, ha intentado enviar señales a las calificadoras, al mercado financiero y también a lo interno del país. Palabras más, palabras menos, ha dicho que el país debe apretarse el cinturón en cuanto a los gastos, pero no tanto como para asfixiar la economía.
En ese sentido, ya el Gobierno anunció un recorte cercano a los $1,400 millones. Y se espera que el presupuesto de 2025 sea menor que el que se propuso en 2024.
En el caso de la calificadora, advierten que podrían “revisar la perspectiva a estable en los próximos 12 meses si la administración demuestra una gestión fiscal, económica y política cautelosa, reduciendo la incertidumbre y fortaleciendo la base de ingresos del gobierno (posiblemente a través de una mayor eficiencia en la recaudación de impuestos o mediante una reforma fiscal más amplia)”, precisa la calificadora.
Agrega que si se dan estas medidas se podría mantener la confianza de los inversores y respaldar las favorables perspectivas de crecimiento económico.
Chapman y su equipo de trabajo intentan descifrar las contradicciones de Panamá; entendiendo que los ingresos no se mueven al mismo ritmo de la economía.
Se puede tratar de una baja tributación de personas naturales o empresas, ya sea porque trabajan desde la informalidad o son acreedores de excesivos beneficios fiscales.
Standard & Poor’s al igual que Moody´s, Barclays y el Fondo Monetario Internacional, indica que el crecimiento económico de Panamá para este año se desacelerará y se ubicará en 2.5%.
No obstante, esperan a largo plazo, una sólida recuperación, impulsada por la actividad del Canal, el sector logístico del país, los servicios financieros, el turismo y el centro empresarial regional y la inversión del sector público.
“Es probable que la economía de Panamá crezca a una tasa promedio de 4.5% en 2025-2027, por encima de la tasa de crecimiento promedio de sus pares”, destaca S&P.
Standard & Poor’s estima que el déficit en cuenta corriente, es decir del dinero disponible del Estado para pagar sus compromisos, se mantendrá por debajo del 4.7% del PIB entre los años 2024-2027, pero puede bajar si mejoran los ingresos.
La agencia anticipa una corrección fiscal gradual: desde un déficit del 4.2% del PIB en 2025 hasta un déficit del 2.3% del PIB en 2027, a medida que la economía se recupere, se aumenten los ingresos y se contenga el gasto recurrente.
La calificadora resalta que los ingresos fiscales en Panamá (solo el 17% del PIB) son más bajos que otros países de la región y están por debajo de su promedio histórico (superior al 20% del PIB entre 2010 y 2018).
“Los bajos ingresos fiscales se deben principalmente a las bajas tasas y al uso generalizado de medidas políticas que erosionan la base impositiva, como los incentivos y exenciones fiscales. Los subsidios y el alto gasto corriente crean rigideces en el gasto”, advirtió la agencia de calificación de riesgo.