Los problemas estructurales del programa público de pensiones se agudizaron con la pandemia, marcando un ritmo acelerado en el deterioro de las reservas del subsistema exclusivamente de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
De acuerdo con los últimos informes de la Caja de Seguro Social (CSS), las reservas financieras del subsistema pasaron de $2,512 millones en 2020, a $1,499 al cierre de 2021. Son $1,013 millones menos en un año.
La administración de la CSS entregó a la junta directiva un informe que refleja el estatus de las reservas financieras de los cuatro programas que maneja la entidad. Al 31 de diciembre de 2021, en su totalidad, suman $9,727 millones, lo que implicó un alza de apenas $123 millones con respecto al año anterior.
De estas reservas, unos $7,134 millones (73%) corresponden al programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM); otros $1,289 millones (13%) al programa de Enfermedad y Maternidad; el 10% o $952 millones a la gestión administrativa y el 4%, que es igual a $350 millones, a los riesgos profesionales.
A simple vista pareciera que el IVM fuera un programa con una inquebrantable salud financiera, cuyos fondos podrían respaldar con seguridad el pago a los jubilados.
Pero cuando se segmentan las reservas financieras del IVM para determinar qué le corresponde al subsistema exclusivamente de beneficio definido y cuánto al sistema mixto, la mirada es completamente diferente.
Del total de los fondos financieros del IVM, los cuales alcanzan $7,134 millones, 79% corresponde a reservas del subsistema mixto, programa que está compuesto por un componente que se denomina beneficio definido y por un ahorro personal, que de acuerdo con las reformas de la CSS asumidas en 2005, garantiza el pago de la jubilación a las futuras generaciones.
Esto implica que apenas el 21%, es decir $1,499 millones, corresponden a las reservas financieras del subsistema exclusivamente de beneficio definido de IVM, programa que financia las pensiones de los actuales jubilados.
La estructura del subsistema exclusivamente de beneficio definido se basa en que la generación que aún trabaja y cotiza, y que forma parte de este esquema, paga gran parte de las pensiones de los que ya están en edad de retiro.
En la medida que siguen jubilándose más personas —que reciben pagos mayores que los fondos que aportaron— y no ingresan nuevos cotizantes al subsistema, hay que hacer uso de las reservas para el pago de las pensiones. De allí que se explique el deterioro volátil que tienen sus reservas o ahorros.
En un reciente conversatorio en la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), el especialista en seguros y riesgos, Pablo Gutiérrez, alertó sobre la urgencia de hacer cambios estructurales en el programa de pensiones, ya que no hay forma de seguir manteniendo un sistema piramidal como el plan exclusivamente de beneficio definido.
Con pagos en pensiones por más de $2,000 millones anuales, déficit de más de $500 millones en un ejercicio fiscal y reservas financieras tan limitadas, no hay forma de escapar de la enorme crisis que se avecina si no es a través de reformas que “requieren del sacrificio de todos”, dijo.
El agujero negro al que se enfrenta el subsistema exclusivamente de beneficio definido es de $77 mil millones, lo que se traduce como el saldo a valor presente de todas las obligaciones que tiene la CSS con los jubilados que forman parte del sistema y a quienes tendría que pagar pensiones hasta el año 2077. Esta deuda amenaza a todo el sistema financiero panameño.
Bajan utilidades de las inversiones financieras
De acuerdo con la Unidad Técnica Especializada de Inversiones de la CSS, $9,356 millones de las reservas en la cartera de inversiones financieras, al 31 de diciembre de 2021, corresponden a títulos valores y depósitos a plazo en el sector estatal; $266.8 millones a depósitos a plazo en el sector particular y $104.4 millones están colocados en préstamos en el sector particular.
Producto de la gestión del portafolio de inversiones financieras, durante el año 2021 la entidad recaudó ingresos en concepto de utilidades por el orden de $296.4 millones, lo que implicó $65.3 millones menos que los logrados en 2020.
Al cierre del año pasado se registró una ejecución del 84%, equivalente a inversiones por $1,189 millones.