Trabajadores alegan que se acentúa la desigualdad y los empresarios temen por la pérdida de empleos

Trabajadores alegan que se acentúa la desigualdad y los empresarios temen por la pérdida de empleos
De acuerdo al INEC, en la última década (2013-2023) se crearon 266,264 empleos, pero hoy tenemos 25,705 asalariados privados menos. Elysée Fernández


El anuncio del salario mínimo que regirá entre 2024 y 2025 por parte del Ejecutivo genera preocupación tanto entre trabajadores como empresarios, quienes temen que sus expectativas no sean cumplidas.

Los sindicatos han solicitado un aumento entre el 20% y el 32%, dependiendo del tamaño de las empresas, mientras que el sector privado no respalda ningún aumento y advierte que es preferible preservar los empleos ya existentes que presionar con ajustes salariales que seguramente no se podrán asumir.

René Quevedo, especialista en el mercado laboral, señala que los más optimistas calculan un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de apenas el 1.5% para este año, aunque las proyecciones gubernamentales y de organismos internacionales oscilan entre el 4% y 5%. En cualquier caso, será menor que el 7% estimado por el Ejecutivo para el cierre de 2023, cifra que no se conocerá sino hasta mediados del primer trimestre de 2024 o más tarde.

Quevedo indica que el principal desafío laboral radica en el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores, el descenso en las ganancias empresariales y la falta de condiciones para un aumento en la producción económica, lo que limita la generación de empleos.

Hasta septiembre de 2023, el PIB había experimentado un crecimiento del 8.9%, pero los bloqueos y protestas de octubre y noviembre probablemente restaron1.2 puntos al PIB nacional, según cálculos de la consultora Indesa. Esto se agrava con la pérdida en la producción por el cese de operaciones y de las exportaciones de la mina en Donoso, sin considerar el impacto medioambiental producto de esa actividad.

“La economía panameña no está generando empleos de calidad y los nuevos empleos formales están siendo creados principalmente por el Gobierno a través de financiamiento. La nómina estatal y los subsidios son el refugio para aquellos que no encuentran empleo en una economía que mayormente genera empleo informal”, señala Quevedo.

Trabajadores alegan que se acentúa la desigualdad y los empresarios temen por la pérdida de empleos
En Panamá se están creando menos empleos formales. Elysée Fernández

Destaca que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en la última década (2013-2023) se crearon 266,264 empleos, pero actualmente hay 25,705 asalariados menos en el sector privado y 77,234 funcionarios más. Además, se sumaron 214,735 trabajadores informales a la economía.

“En 2023, hay casi 20,000 asalariados privados menos [y 36,000 funcionarios más] que antes de la pandemia, y 26,000 menos [y 77,000 funcionarios más] que hace 10 años. En este contexto, el costo de la canasta básica aumentó de $316.70 [en 2021] a $350.76 [en 2023], un incremento del 10.75%, mientras que el salario promedio pasó de $719.10 a $735.40″, un aumento del 2.2%.

Quevedo añade que otro aspecto significativo es que 193,961 personas tienen salarios mensuales inferiores a los $400, apenas suficiente para cubrir el costo actual de la canasta básica. El 63% de estos trabajadores se encuentra en servicio doméstico (27%), agricultura (26%) y comercio (10%).


Pérdida del poder adquisitivo

En el documento presentado en la Comisión Nacional del Salario Mínimo en el Ministerio del Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel), los trabajadores, representados por el Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (Conato) y la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (Conusi), expusieron que en los últimos años se ha acentuado la desigualdad social y económica; además, advirtieron sobre una pérdida progresiva del poder adquisitivo.

Mencionan que en el año 2000, los salarios representaban el 38% de las rentas, mientras que el excedente de explotación bruto, es decir, el beneficio de las empresas, era del 34.0%. En 21 años, la renta empresarial aumentó 64%, alcanzando el 58.5%, mientras que las remuneraciones salariales disminuyeron un 30%, llegando al 29.5%.

“La pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, producto del irrisorio ajuste del 2019 y el nulo ajuste de 2021, son las causas principales del malestar social que se ha expresado en las protestas de julio de 2022 y noviembre de 2023. Es fundamental crear condiciones para que la población recupere su poder adquisitivo”, indica el informe de los representantes de los trabajadores.

Sin condiciones para aumentos

El sector privado insiste en que no están dadas las condiciones para aumentos salariales y menos en proporciones como las que propusieron los sindicatos en la Comisión Nacional del Salario Mínimo de 20% y hasta 32%.

“Con una tendencia estructural rígida del mercado laboral que se profundiza con el efecto de la crisis causada por el bloqueo reciente de la infraestructura vial del país en el trimestre más dinámico de la economía y una perspectiva para nada positiva del 2024 por los factores previamente enunciados y sustentados, nos obliga como país -y no sólo como sector empleador- a priorizar la preservación de los puestos de trabajo, la facilitación del empleo juvenil, la contención y reducción de la informalidad y la recuperación del empleo”, insiste el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep).

Advierten que cualquier aumento que no guarde correlación directa con la realidad del país y de las empresas podría provocar un retroceso en los esfuerzos nacionales para recuperar los niveles de empleo y mitigar el desempleo juvenil.

Por otro lado, el Conep advierte que dilatar la revisión del salario mínimo y llevarlo al terreno muy próximo del torneo electoral es inadmisible. “Creará mayor incertidumbre y desestabilidad en el entorno de negocios y no abonarán al proceso de recuperación del empleo”.

Conep plantea tres medidas:

1. Asegurar las condiciones que permitan recuperar la competitividad, la productividad y la eficiencia del país, como pilares esenciales para el desarrollo nacional.

2. La recuperación del empleo privado debe constituirse en el norte de la política nacional de empleo con una clara definición de instrumentos jurídico-fiscales de apoyo y de aplicación inmediata.

3. Insistir en el “incentivo al empleo juvenil” y el “empleo relacionado a carreras técnicas”, así como las propuestas complementarias relacionadas a la “agilización de trámites para nuevas inversiones”, las cuales se orientan al objetivo de recuperación y generación de plazas de trabajo formal al más breve plazo.


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