La Ley 56 de 2017 establece una cuota del 30% de mujeres en juntas directivas de entes públicos y ciertos entes privados, para impulsar una mayor diversidad en la toma de decisiones. Sin embargo, aún persisten desafíos importantes.
Este fue el tema central del Café con La Prensa: “La mujer en sectores estratégicos”, donde se abordó la evolución del liderazgo femenino y los retos que enfrentan las mujeres en posiciones de toma de decisiones dentro de sus respectivas industrias.
Liz Marie Pareja, gerente general de Visa para Panamá, Nicaragua y Belice, destacó el crecimiento de la participación femenina en cargos de alta dirección y, aunque considera que aún hay brechas por cerrar, aseguró que la equidad de género no solo depende de leyes y regulaciones, sino también de un cambio cultural y estructural dentro de las empresas y la sociedad en general.
“Sin duda, pues, hay grandes avances, hay un gran espacio por recorrer todavía y yo creo que las mujeres estamos rompiendo ese proverbial techo de cristal que conocemos y del que hablamos, y estamos haciendo un cambio en la historia de las empresas”, aseveró.
Por su parte, Gisela Álvarez de Porras, abogada y socia directora de Dentons en Panamá, subrayó que, aunque las mujeres representan el 55% de los graduados universitarios en Panamá y tienen en promedio un año más de escolaridad que los hombres, la tasa de participación femenina en empleos formales sigue siendo baja.
Aseguró, además, que las mujeres en Panamá ganan en promedio un 18% menos que los hombres en puestos equivalentes.
“El trabajo no remunerado de las mujeres cuesta millones de dólares y nadie lo está pagando, ni nadie está viendo la necesidad de crear mecanismos de apoyo positivo para que las mujeres podamos permanecer en los puestos de trabajo”, enfatizó.
Ilya Espino de Marotta, subadministradora del Canal de Panamá, aseguró que si “una mujer demuestra lo que es capaz de hacer en cualquier ámbito a nivel profesional y técnico, genera confianza”, sobre todo en áreas que han sido dominadas por hombres.
Otro aspecto abordado en el conversatorio fue la distribución de las responsabilidades no remuneradas, como el cuidado de los hijos y adultos mayores, que recaen en su mayoría sobre las mujeres, dificultando su permanencia en el mercado laboral y su ascenso a puestos de liderazgo.
Las panelistas coincidieron en la importancia de crear políticas inclusivas dentro de las empresas para que, así, las mujeres en posiciones de liderazgo puedan influir activamente dentro de sus organizaciones.