Tras la rebaja de la calificación, Colombia busca calmar a los inversores

Tras la rebaja de la calificación, Colombia busca calmar a los inversores
Colombia está haciendo todo lo que S&P Global Ratings y Fitch Ratings piden, dijo Restrepo. Archivo


José Manuel Restrepo, ministro de Hacienda de Colombia, responde diplomáticamente cuando le preguntan sobre las rebajas que calificadoras de crédito han aplicado a su Gobierno este año. “Simplemente hacían su trabajo”, dice.

Pero luego, en un tono trepidante y algo desafiante, enumera una larga lista de elementos que, según él, demuestran que Colombia está haciendo todo lo que S&P Global Ratings y Fitch Ratings, junto con inversionistas, le piden para recuperar el grado de inversión. ¿Generar crecimiento económico? Sí. ¿Aumentar los ingresos fiscales? También. ¿Abordar el déficit de cuenta corriente? Por supuesto.

“Estamos siguiendo todo lo que se debe para seguir enviando ese mensaje de confianza en la economía”, dijo en una entrevista en Nueva York.

Es el segundo día de un viaje relámpago de tres días para Restrepo, quien asumió el cargo en mayo cuando su predecesor renunció luego de que una propuesta de aumento de impuestos desencadenara protestas violentas en un país devastado por la pandemia. Ayer estuvo en Ciudad de México y mañana estará en Washington, y los directivos de algunas de las empresas más grandes de Colombia, como Ecopetrol, S. A., Bancolombia, S. A., Grupo Nutresa SA, le acompañan y participarán en algunas de las reuniones.

Si bien Restrepo dice que el viaje se programó mucho antes de que comenzaran las rebajas en mayo, está claro que su objetivo principal es reforzar la confianza de los inversionistas. Este es uno de los puntos que se apresura a destacar en la entrevista: la economía se está recuperando más rápido que muchos pares, y se prevé un crecimiento del 6% este año después de la contracción del 7% del año pasado. Más importante aún, se están desplegando esfuerzos para recuperar el proyecto de ley de reforma tributaria fallido, lo que hace que confíe en que el Congreso lo aprobará a fines de agosto y frenará un déficit fiscal que se espera alcance el 8,6% del producto interno bruto este año.

Se mantuvo firme en que la combinación de políticas que Colombia ha elegido frente a la pandemia (un estímulo fiscal a corto plazo seguido de austeridad y aumentos de impuestos para estabilizar las finanzas) es la correcta, independientemente de las recientes manifestaciones sociales. Las cosas hubieran sido mucho peores si el Gobierno no hubiera promulgado las medidas que adoptó, dijo.

“Hicimos todo lo que pudimos”, dijo Restrepo, de 50 años. “Y todavía tenemos que hacer más”.

El nuevo plan fiscal debería ser mucho más aceptable para el colombiano común. Por un lado, el Gobierno abandonará las propuestas más impopulares que habrían causado que la clase media pagara más. En cambio, la carga recaerá principalmente en los individuos con altos ingresos y en las empresas, ha dicho Restrepo repetidamente.

A pesar de todos los esfuerzos de Colombia por preservar su calificación crediticia de grado de inversión, la reacción del mercado tras perderla no ha sido tan pronunciada. Recientemente, se ha evidenciado que el impacto financiero fue mínimo para los países en desarrollo que fueron rebajados a grado especulativo, los llamados ‘ángeles caídos’. Brasil, Hungría y Rusia solo tuvieron picos de corta duración en sus costos de endeudamiento durante la última década, y la mayor parte del daño se borró en unos meses.

Desde que S&P rebajó la calificación de los bonos del país a BB+, el diferencial promedio del país sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos se ha ampliado 30 puntos básicos, en comparación con 16 puntos básicos en promedio para sus pares de mercados emergentes, según datos compilados por JPMorgan Chase & Co.

Mientras tanto, los fondos de inversión extranjera fueron compradores netos de deuda pública colombiana en el segundo trimestre, con entradas que ascendieron a 10.7 billones de pesos ($2.800 millones).


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