Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol

Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol
En los municipios de Bacalar y Tulum hay un gran auge turístico. Cortesía


Desde las alturas Tulum, en el estado de Quintana Roo, México, pinta un retrato sublime que no solo deslumbra, sino que invita a la liberación del alma. Este paraíso tropical se revela como una sinfonía de verdes exuberantes y azules profundos, donde la selva densa y los cenotes cristalinos se abrazan con el sol en un vínculo eterno.

La escena es más que un espectáculo visual: es un presagio de lo que se avecina, una promesa de descubrimiento y serenidad. En cada rincón del paisaje se siente la inminencia de un nuevo comienzo, una invitación a sumergirse en la esencia de la naturaleza maya y dejarse llevar por la belleza sin límites de este rincón del mundo.

Tulum, conocida en tiempos antiguos como Zamá, que se traduce como “amanecer” o “lugar donde nace el sol”, está viviendo un notable crecimiento turístico que se entrelaza con su rica herencia histórica y natural. Este vibrante destino, que una vez fue un importante enclave maya, ahora atrae a visitantes con su fusión única de sitios arqueológicos impresionantes y reservas ecológicas como Sian Ka’an, que resguardan especies valiosas.

Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol
El amanecer y el atardecer en Tulum son cautivantes. Cortesía

El verde y el azul

Son las 11:00 a.m. en la reserva Sian Ka’an, y los rayos del sol se filtran a través del dosel de los manglares, creando un juego de luces y sombras en el suelo cubierto de hojas. Manuel Galindo, guía local con una pasión palpable, nos conduce a través de este paisaje casi onírico mientras habla con orgullo. “Debemos proteger esta vasta extensión de 528 mil hectáreas,” dice, su voz cargada de reverencia. “Es Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO y ha sido declarada sitio Ramsar.”

Sus palabras resuenan con la importancia de la tarea que tiene por delante: salvaguardar un ecosistema invaluable que no solo forma parte del patrimonio natural global, sino que también sustenta una rica diversidad de vida en un entorno que parece casi mágico. De hecho, para que un lugar sea declarado Patrimonio Mundial o sitio Ramsar, debe contar con ciertos atributos que lo hacen único en el mundo.

Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol
La reserva Sian Ka’an mide 128 mil hectáreas. Franklin Mora

La costa de Sian Ka’an presenta un tapiz de playas de arena blanca, pequeñas bahías y grandes manglares, cada uno sustentando una rica biodiversidad. El drenaje deficiente de la zona a menudo resulta en inundaciones estacionales, transformando el paisaje en un mosaico de charcas y humedales. Los manglares, además, se erigen como guardianes de este particular ecosistema, protegiendo tanto la tierra como el mar en una danza constante con los caprichos del clima.

El origen

A casi una hora de allí se encuentra el sitio arqueológico de Tulum. Uno de sus edificios más notables y patrimoniales es El Castillo, una estructura que se erige con orgullo frente al mar Caribe, destacándose como una de las construcciones más antiguas de la ciudad.

Cuentan los guías del lugar que los detalles arquitectónicos de El Castillo son un testimonio del profundo respeto que los antiguos mayas tenían por las fuerzas cósmicas. Su diseño rinde homenaje tanto al sol como a venus, conectando a los habitantes de Tulum con los cuerpos celestes que marcaban su calendario y guiaban su vida cotidiana. Cada piedra y cada ángulo de la estructura están imbuidos de una rica simbolización astronómica que no solo habla de la sofisticación de la ingeniería maya, sino también de su entendimiento del universo.

Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol
El sitio arqueológico de Tulum. Ohigginis Arcia

Sofía Fernández, una turista cautivada por la mística de Tulum, subraya que el lugar posee una “magia” especial, lo que la llevó a elegirlo como destino. Minutos antes de nuestra conversación, la joven se había abrazado a un imponente árbol de ceiba, un ritual que, según las leyendas locales, tiene el poder de liberar a las personas de energías negativas y atraer las positivas.

El acto, que parecía casi ceremonial, refleja la profunda conexión que Sofía siente con el lugar, donde cada rincón y cada leyenda contribuyen a una experiencia de inmersión en la espiritualidad y el encanto de este histórico enclave.

El renacer de Bacalar

Al sur de Tulum se encuentra el municipio de Bacalar, también en Quintana Roo. Allí los espíritus guardianes de la selva —en los que tanto creían los mayas— parecen haber reencarnado en personas como la bióloga Abril Román Larios, quien es una especie de defensora de la Laguna de Bacalar.

“Esta laguna es un lugar sin precedentes, no solo por sus colores vibrantes y su belleza inigualable, sino también porque alberga uno de los reservorios geológicos más impresionantes del mundo: los estromatolitos,” dice Abril. “Estos antiguos organismos, que capturan dióxido de carbono y nos brindan oxígeno, son verdaderos guardianes de la salud ambiental. En todo el planeta, hay pocos lugares como este.”

La bióloga destaca no solo la singularidad visual de la Laguna de Bacalar, sino también su importancia ecológica crucial. Su descripción pinta un cuadro vívido de un ecosistema raro y vital, subrayando la responsabilidad de proteger estos frágiles monumentos naturales para las generaciones futuras.

Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol
La historia de Bacalar se fusiona con su impresionante laguna azul. Ohigginis Arcia

Al igual que en Tulum, Bacalar posee sitios históricos como el Fuerte de San Felipe, erigido en 1733, el cual fue construido para proteger la región de los ataques de piratas que amenazaban la costa. Su imponente estructura militar, con anchos muros y baluartes en cada una de sus cuatro esquinas, se destaca en el paisaje.

Diseñado por el arquitecto italiano Juan Podio, el fuerte está construido con una mezcla robusta de piedras volcánicas, calizas y materiales marinos, lo que confiere al edificio una durabilidad excepcional. Cada rincón de la fortaleza representa un testimonio tangible de las antiguas luchas y victorias que formaron parte de su herencia histórica.

Turismo y gastronomía

Tulum y Bacalar están viviendo una transformación turística que parece no tener freno. En 2013, Tulum era un destino emergente con 133 hoteles y 6,035 habitaciones, en su mayoría de tres a cinco estrellas. Sin embargo, el cambio es palpable: para 2020, la ciudad había incrementado su oferta hotelera a 158 establecimientos y 8,250 habitaciones, según la Secretaría de Turismo de Quintana Roo.

Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol
La zona de playas es una especie de tempo que invita a la relajación. Ohigginis Arcia

Este crecimiento, impulsado por una demanda incesante, ha convertido a Tulum en un polo de atracción que sigue evolucionando con el tiempo, reflejando el auge del turismo en la región. Bacalar, con su mágica laguna, sigue el mismo camino, sumándose al auge que está redefiniendo el paisaje turístico del sur de Quintana Roo.

A este vertiginoso crecimiento turístico se suma una gastronomía que seduce y ofrece una experiencia sensorial profunda. Cada plato es una ventana a las raíces del lugar, una invitación a explorar y entender las historias, tradiciones y costumbres que han dado forma a la región. Un ejemplo icónico de esta rica herencia culinaria es la cochinita pibil, un platillo tradicional que destaca por su preparación en la tierra. Este cerdo marinado en achiote y cocido lentamente bajo tierra no solo representa una delicia para el paladar, sino que también narra una historia culinaria de una gran civilización indígena.

Los días en estos dos municipios de Quintana Roo transcurren en un vaivén entre lo místico y lo terrenal, envueltos en una naturaleza que parece eterna y una historia que late en cada rincón. Aquí, donde la selva despliega su verde intenso y el mar refleja azules profundos, cada amanecer renueva el vínculo con lo sagrado, recordándonos el poder y la belleza que definen estos territorios.

El sol, testigo diario de esta fusión entre el pasado y el presente, se alza cada mañana como símbolo de un ciclo sin fin, reafirmando que, en este paraíso, lo mágico y lo real coexisten en perfecta armonía. Así es la tierra maya.

(Esta crónica fue escrita gracias al apoyo del Hotel Amainah, Bahia Príncipe Grand Tulum, Maria del Mar Boutique hotel & Spa, Xplor Fuego, Community tours (tour de Sian Ka’an ), Adventure Lab (Tour en bacalar), Cervecería Tulum y Copa Airlines)

Tulum y Bacalar: el paraíso maya donde nace el sol
Parte de la cultura de Tulum y Bacalar.

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