El 94% de los 7 mil socios conductores que tiene la plataforma Uber en Panamá manifestaron su imposibilidad de pagar un certificado de operación o cupo “en caso de que se requiera” a los prestatarios de taxi, también conocidos como piqueras, tal y como se pretende imponer en el proyecto de ley 986, que fue aprobado en primer debate en la Asamblea Nacional.
Carolina Coto, gerente de comunicaciones para Uber en Centroamérica y el Caribe, alertó que esta propuesta de legislación además de ser inviable pone un peso económico sobre los conductores, que afectará sus ingresos, atenta la seguridad jurídica del modelo de las plataformas de movilidad en Panamá.
Agregó que esta propuesta de ley representa además un retroceso con respecto a la regulación vigente, en la que se había logrado una legislación moderna que beneficia las operaciones de forma segura de las plataformas de movilidad bajo unos parámetros legales aprobados en consenso.
Coto expresó que puntualmente hay gran preocupación entre los socios conductores pues muchos no podrán costear el certificado de operación “en caso de que se requiera” y tampoco cumplir con la exigencia de cambiar de vehículo propio a los 3 años de operaciones o tener uno de menos de antigüedad.
La norma vigente les permite operar con vehículos que tienen una antigüedad de 7 años.
Sostuvo que una encuesta que realizaron sobre el tema, reveló que el 52% de los socios conductores tiene un vehículo financiado por un banco que van pagando en un plazo de varios años, en algunos casos durante 7 años. En tanto, 17% maneja un vehículo propio, y 11% usa un vehículo alquilado.
Datos en Panamá
50%
En una encuesta entre los 7 mil socios conductores de Uber, se determinó que 50% son independientes, 21% poseen un empleo a tiempo completo y complementan con Uber, y 8% realizan labores del hogar.
10%
Del total de los socios conductores, 10% son mujeres y 90% hombres. Se estima que 54% posee estudios universitarios, y 35% tienen un nivel académico de educación secundaria. Además de que 91% tiene personas que dependen económicamente de ellos.
Andrea Milla, asociada senior de Política Pública para Panamá y el Caribe de Uber, dijo que como plataforma defienden el derecho de las personas a elegir de qué forma trasladarse en el país, así como el derecho económico de los socios conductores.
“Estamos haciendo un llamado al respecto de la seguridad jurídica vigente para las plataforma de movilidad”.
Milla alertó que tal y como está concebido el proyecto de ley se estima que pueda producirse una disminución en la cantidad de los socios conductores activos, por lo que el rendimiento del servicio y los tiempos de espera se verán afectados al haber menos disponibilidad de autos afiliados a la plataforma.
Carolina Coto aclaró que aunque no están evaluando dejar el mercado panameño, y reiteran que seguirán operando en el país, sí les preocupa la incertidumbre jurídica que se produce al intentar imponer regulaciones que en lugar de mejorar, restringirán la actividad económica y la libertad para operar de los conductores y de los usuarios.
Este proyecto de ley 986 derogaría el Decreto Ejecutivo 331, que ha regulado el servicio de transporte de lujo TIC desde 2017. En la sesión del pleno de la Asamblea Nacional este proyecto se encontraba en el puesto 131 del orden del día para segundo debate.
Recalcó que en nueve años de operaciones, la plataforma ha superado los 45 millones de viajes al movilizar a un millón de usuarios y se han generado ingresos y ganancias a 50 mil personas que han operado como socios conductores.
Se estima que 57% de las personas usan Uber para salir de noche, 46% para ir al trabajo, 33% dice que para ir a citas médicas, 28% para movilizarse hacia eventos y conciertos y 15% para ir a clases.
“Lo curioso es que 52% de los usuarios tiene vehículo propio y 93% considera que la app de Uber cambió positivamente su forma de movilizarse. Para la mayoría de los usuarios es extremadamente importante la seguridad a la hora de movilizarse, y muchos consideran que es importante que el tiempo de espera sea corto”, agregó Coto.
