La discriminación en los procesos de selección laboral es una realidad que impacta a la mayoría de los postulantes en América Latina.
De acuerdo con un estudio de la organización social Grow - Género y Trabajo, organización que busca generar espacios de trabajo diversos, inclusivos y libres de violencia, mediante el análisis de género en el trabajo, el 86% de panameños que han solicitado puestos de trabajo, afirman haber experimentado alguna forma de discriminación en procesos de selección laboral.
Este porcentaje es especialmente alto en países como Perú (86%), Chile (88%), Ecuador (85%) y Argentina (84%).
Uno de los hallazgos del estudio es la prevalencia del sesgo por edad, percibido como la principal barrera en el 68% de los casos.
Este tipo de discriminación es aún más frecuente en Ecuador (75%) y Panamá (72%).
La encuesta, que contó con la participación de 4,493 personas, también revela que 1 de cada 4 personas considera que el aspecto físico influye en la decisión de contratación, percepción que afecta especialmente a mujeres y a personas del colectivo LGBTIQ+.
La maternidad y el género también son factores significativos de discriminación. La encuesta indica que 1 de cada 3 mujeres siente que tener hijos reduce sus posibilidades de ser contratada.
Además, el doble de mujeres en comparación con hombres percibe que el sesgo de género impacta en las decisiones de selección de personal.
La campaña permitió a los participantes compartir sus experiencias personales de discriminación, ofreciendo un vistazo a las prácticas de selección excluyentes que todavía prevalecen. Un testimonio sobre el sesgo de apariencia física relata:
“Soy una persona con estudios, responsable y seria; pero con un ‘gran defecto’ para la sociedad: soy gordita. En los avisos ponen buena presencia, pero en realidad se refieren a ‘flacas’”.
Otro participante, aludiendo a la discriminación por edad, explicó: “Me llamaron a una entrevista para un puesto para el que cumplía cada uno de los requisitos, pero cuando se dieron cuenta de que tenía 56 años, me dijeron que no cumplía con el rango de edad que el cargo buscaba”.
La campaña también reveló prácticas de discriminación hacia mujeres con hijos, quienes son cuestionadas por su maternidad en las entrevistas.
Un testimonio ilustra este sesgo: “Fui a una entrevista y me preguntaron mi último periodo menstrual, si pensaba tener más hijos y si estaba dispuesta a someterme a un análisis de sangre para verificar mí no embarazo antes del contrato”.