Un camino lleno de obstáculos: radiografía de la brecha laboral de la mujer en Panamá

Un camino lleno de obstáculos: radiografía de la brecha laboral de la mujer en Panamá
La brecha salarial en Panamá se estima en 11%, según ONU Mujeres.


La laureada con el premio Nobel de Economía de este año, Claudia Goldin, realizó el primer estudio exhaustivo sobre los ingresos de las mujeres y su participación en el mercado laboral a lo largo de los siglos.

Su investigación revela tanto las razones del cambio, como las principales fuentes de la brecha de género que persiste todavía. Su principal conclusión es que las mujeres están muy subrepresentadas en el mercado laboral mundial y, cuando trabajan, ganan menos que los hombres.

Goldin revisó los archivos de su país, Estados Unidos, y recopiló más de 200 años de datos laborales, lo que le permitió mostrar cómo la brecha de género en ingresos y empleo ha cambiado con el tiempo. Goldin demostró que la participación femenina en la fuerza laboral no aumentó durante este período, sino que formó una curva en forma de U.

Es así como avanzó que la proporción de mujeres casadas disminuyó a principios del siglo XIX con la transición de una sociedad agraria a una industrial, pero comenzó a aumentar a principios del siglo XX con el crecimiento del sector de servicios. Goldin explicó este patrón como resultado de cambios estructurales y la evolución de las normas sociales con respecto a las responsabilidades de las mujeres en el hogar y la familia.

La Academia Nobel, que entregó el premio a Goldin, exaltó en sus motivos para otorgarle el premio que durante el siglo XX, el nivel educativo de las mujeres ha crecido de manera constante y en la mayoría de los países de altos ingresos ahora es significativamente más alto que el de los hombres.

Por otro lado, Goldin demostró en sus estudios que las píldoras anticonceptivas desempeñaron un papel importante en la aceleración de este cambio revolucionario al brindar nuevas oportunidades para la planificación profesional. A pesar de la modernización, el crecimiento económico y el aumento del empleo femenino en el siglo XX, la brecha salarial entre mujeres y hombres no desaparecerá por mucho tiempo.

De acuerdo a quienes otorgaron el premio, Goldin estudió que las decisiones educativas que afectan las oportunidades profesionales de por vida se toman a una edad relativamente joven. Si las expectativas de las mujeres jóvenes están determinadas por las experiencias de generaciones anteriores (como que sus madres regresaran al trabajo sólo cuando sus hijos eran mayores de edad), el progreso es lento, concluyen.

Históricamente, gran parte de la brecha de ingresos entre hombres y mujeres puede explicarse por diferencias en las opciones educativas y profesionales. Sin embargo, Goldin demostró que la mayor parte de esta brecha de ingresos se da ahora entre hombres y mujeres en la misma ocupación, y se debe principalmente al nacimiento del primer hijo.

El presidente de la junta que otorgó el premio Nobel de Economía a Goldin este año subrayó que “gracias a la investigación pionera de Claudia Goldin, ahora sabemos mucho más sobre los factores subyacentes y las barreras que quizás sea necesario abordar en el futuro”.

En cuanto a Panamá, la brecha salarial se estima en 11.5% en contra de la mujer, según un estudio de ONU Mujeres citado por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral.

Según la Encuesta de Propósitos Múltiples realizada por el Instituto de Estadística y Censo entre octubre del 2021 y abril de 2022, el desempleo –en todas sus modalidades- afecta mucho más a la mujer que al hombre.

Por ejemplo, el desempleo entre las mujeres llegó a 11.5%, mientras que en los hombres se ubicó en 8.8% en abril de 2022. El desempleo oculto también es mayor entre las mujeres 9.9% vs 6.9% en los hombres.

En el área rural, la situación es más grave aún. El desempleo en las mujeres dobla el porcentaje de los hombres, en una relación de 6.8% a 3.9%.

El economista Javier Stanziola fue bastante crítico de la situación laboral de la mujer en Panamá, especialmente por cómo se aborda el tema. Criticó que todavía hayan economistas panameños hombres que “no incorporan algo tan básico como una perspectiva de género en sus análisis económicos”, o que digan que la distribución de labores en el hogar no es un tema económico, sino social o cultural.

El economista lo amplía así: “quién cocina la cena hoy en los hogares panameños es una decisión económica. Hay que recalibrar lo que entendemos por economía”, advirtió al tiempo que proporcionó los siguientes datos: “En Panamá, estamos viendo hace unos años que la mediana de salarios es un poco más alta para las mujeres que para los hombres. Eso lo toman como evidencia de que la brecha salarial de género se ha cerrado. Pero no es así. Es el mismo dilema que encontramos con la investigaciones de Goldin. Si nos enfocamos en mujeres profesionales, con altos estudios que lograron colarse al mercado laboral, sí, las cosas parecen estar mejorando. Eso es lo que nos dice Goldin. Pero eso invisibiliza que muchas mujeres ni siquiera logran colarse, o tienen que tomar trabajos informales, trabajar menos horas o dependen completamente de sus parejas. La brecha salarial entre los hombres y mujeres trabajando en la informalidad es inmensa”.

Stanziola también recordó que el 98% de las personas que dicen que han dejado de buscar trabajo por tener labores de cuidados en el hogar son mujeres, según el INEC.


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