Un nuevo liderazgo para una nueva era



Esta época, donde pareciera que el mundo corporativo está redefiniendo casi todo, nos obliga a hacernos la siguiente pregunta: ¿cuál es el estilo de liderazgo que necesita una organización en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA)?

Los conceptos tradicionales de liderazgo han quedado obsoletos frente a un entorno en el cual la colaboración es necesaria.

Se buscan personas que inspiren, empoderen y estén dispuestas a ceder su liderazgo para convertirse en parte del equipo cuando sea necesario. Se busca autenticidad, humanidad, empatía y aceptación de las propias debilidades, dudas y temores en el ejercicio del liderazgo, que pueden ser llenadas por otros en un modelo de lo que hoy se denomina liderazgo colectivo.

Ya no deberíamos hablar de liderazgo como un ente o persona, sino de ecosistemas de líderes que se potencian entre sí y catalizan el crecimiento bajo un propósito y valores compartidos. Liderazgos que se retroalimentan para afrontar ese entorno VUCA del cual nadie tiene certeza, pero que en conjunto se puede obtener la información y promover la toma de decisión bajo la perspectivas de muchos lentes empoderados.

Precisamente, por esa gran incertidumbre y complejidad el liderazgo no podemos dejárselo a los líderes. Esa es la manera como Ana de Andrés describe en su libro Shine el valor de los líderes en red.

Para ella, las transformaciones necesarias sólo podrán venir de un movimiento global de agentes de cambio que apliquen sus energías a la transformación de lo micro y de lo macro al mismo tiempo. Personas capaces de descubrir y entender las dinámicas de transmisión entre lo local y lo sistémico, que entiendan cómo incidir en lo colectivo desde lo individual.

El liderazgo hoy es más importante que nunca dadas las expectativas sobre las empresas y su rol para el desarrollo económico, social y ambiental. Por ello, este liderazgo colectivo debe llevar el apellido responsable. El Centro de Sostenibilidad y Liderazgo Responsable del IESA insiste en la importancia de fomentar un liderazgo transformador en las empresas que esté dispuesto a impulsar ecosistemas colaborativos para generar impactos significativos en cinco ámbitos: personas, organización, mercado, sociedad y planeta.

El liderazgo para una nueva era tiene el gran reto de construir una nueva cultura corporativa, que se refiere a la forma cómo se hacen las cosas en una organización. Ahora, el líder es un facilitador de procesos, un catalizador y no un héroe “iluminado” como en el pasado.

Modelar una cultura de liderazgo colectivo, responsable y transformador implica poner en el centro a las personas y promover al máximo sus capacidades, su desarrollo y su propio liderazgo para trabajar en ecosistemas virtuosos de desarrollo.

En el contexto del liderazgo colectivo es cada vez más importante la comunicación efectiva. El poder de los códigos compartidos generan una identidad y un poder difícil de igualar, que se traduce en compromiso, productividad y competitividad. Es lo que hace la diferencia de un grupo de personas a un equipo de alto desempeño


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