El centro del arrabal

El centro del arrabal


 

Alrededor se puede apreciar el antiguo teatro Variedades, el teatro Dorado y el reformado teatro Amador. Pitos de taxis, ruidos de construcciones en cuadras ajenas, el bullicio de peatones que caminan apresurados, pasan por alto la plaza de Santa Ana, que forma parte de la historia intrínseca de Panamá. De día, las personas mayores se sientan alrededor de la plaza en los banquitos, los vendedores de lotería y de raspao se mezclan con los mendigos entre la muchedumbre y el calor azota a todos.

La plaza de Santa Ana era vista como un “conjunto de chozas cubiertas de paja y madera”, donde vivían los negros y mulatos de todas las edades y sexos, los esclavos que servían a la ciudad en los intramuros de San Felipe.

Los orígenes de Santa Ana se remontan a la fundación de la ciudad de Panamá, el 21 de enero de 1673 en las faldas del cerro Ancón. La plaza de Santa Ana se construyó imitando la Plaza Mayor de la Catedral, una opuesta a la otra, pero la del extramuro no fue oficial hasta su inauguración el 28 de noviembre de 1890.

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La población de Panamá Viejo -de unas 8 mil personas- no cabía en un área fortificada y desde el principio surgió el extramuro, en donde vivía, sobre todo, gente de raza negra. La superficie del extramuro era similar al intramuro y según la cartografía de Agustín Crame -hecha en 1779- no hubo muchos cambios hasta el fin del período colonial.

La plaza de Santa Ana se escogió por ser el sitio más elevado. Los incendios del siglo XVIII afectaron una ciudad que estaba en decadencia y los solares baldíos y ruinas fueron protagonistas de las vistas aéreas mientras el arrabal no se vio afectado, y parte de la élite terminó mudándose allá.El jefe político del cantón de Panamá, Mariano Arosemena, presentó en 1836 un informe de la ciudad de Panamá en su período “oscuro” con información del estado de salud, higiene, educación, nacimientos y defunciones.

En Santa Ana había 352 casas de teja y 83 casas de paja, pero los datos de la población de ese entonces no son fiables. 

En 1843 se contaron 4 mil 897 habitantes y según este censo, en Santa Ana vivía más de la mitad de la población.A finales del siglo XVIII, la plaza de Santa Ana adquirió un aire más cosmopolita y afrancesado: era una tendencia que estaba de moda en toda América Latina.

 

 

 

DECADENCIA

La decadencia de los centros históricos ha sido un fenómeno generalizado en el continente y en Panamá tuvo mucho que ver con la expansión de la ciudad hacia los suburbios.

En el último siglo había sido característica la pobreza y los incendios, sobre todo en las casas de madera. Las cifras de desempleo son altas en Santa Ana y confirman el descenso económico del centro histórico con respecto al resto de la ciudad. Muchos edificios quedaron condenados o abandonados, mientras otras casas de inquilinato se demolieron.

LA PLAZA

La plaza de Santa Ana se desarrolló desde los inicios de la ciudad como el centro del arrabal de extramuros. Era el lugar de encuentro del pueblo llano y el antípoda de la Plaza Mayor. Hasta mediados del siglo pasado era el sitio de preferencia para muchas revueltas.No es octogonal la plaza y se aparta del modelo hispánico al que estamos acostumbrados.

Inicialmente fue un espacio vacío sin pavimentar que era utilizado para fiestas. En 1892 se transformó en un parque cerrado con veredas, bancas y árboles. Entre 1920 y 1922 se construyó un pabellón en el centro. Su época de mayor auge fue durante el primer tercio del siglo XX, cuando había hoteles, cines, almacenes y cafés.

A finales del siglo XIX, en la plaza de Santa Ana quedaban el Grand Hotel y almacenes como la Villa de Caracas y el otrora Bazar Francés. Uno de los cambios radicales fue la desaparición del edificio del hospital Santo Tomás de Villanueva a un costado de la iglesia. El edificio quedó en ruinas, fue reconstruido a fines del siglo XIX y desapareció para dar lugar a un estacionamiento.

Casi todos los edificios que están alrededor de la plaza son del siglo XX, de escasa calidad arquitectónica. Fue escenario de varias actividades políticas, sociales y culturales hasta convertirse en antesala del Conjunto Monumental Histórico del Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá.

Fuentes

‘El Casco Antiguo de Panamá’ de Eduardo Tejeira Davis Consejo Nacional de Legislación del 9 de octubre de 1984 por el que se declara Monumento Histórico Nacional el Parque de Santa Ana.



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