"Todo el mundo tiene una cocina, y aún así la gente sale a comer": la frase es de Sterling Bagby, el fundador de una cadena de cines en Estados Unidos, y fue citada este martes en medio de un debate sobre cómo el streaming puede impactar los estrenos en la pantalla grande.
Charles Rivkin, presidente de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA), tomó prestada la premisa al presentar el "estado de la industria" cinematográfica en CinemaCon, la convención que reúne a productores y distribuidores de películas con dueños de salas de cine.
El mensaje en esta reunión en Las Vegas es uno: la industria es fuerte, la gente quiere ir al cine, disfruta salir de su casa, comprar las palomitas y ver la pantalla gigante con el sonido impecable.
Los números apoyan esta afirmación: 263 millones de boletos vendidos en 2018 y una taquilla récord de 11.900 millones de dólares.
"Los cambios no siempre son fáciles, pero nos mueven adelante", dijo Rivkin.
John Fithian, presidente de NATO, la asociación estadounidense de dueños de salas de cine, es optimista sobre 2019.
"La gente está lista para ir al cine bastante en 2019", indicó. "El éxito en la taquilla llega en un momento en que consumidores tienen más acceso a contenidos en casa, y esta dinámica entre lo teatral y el streaming continúa acaparando mucha atención".
"A medida que las compañías de medios buscan establecer relaciones más directas con sus consumidores a través de plataformas digitales y las opciones en casa se amplían, la competencia de directores y estrellas para tener su trabajo en la gran pantalla solo se intensificará", sostuvo.
"Un robusto estreno teatral proporciona un nivel de prestigio a una película que no puede ser replicado", siguió.