¿Corresponde Centroamérica con el estereotipo que tiene de pobreza, violencia y rezago en el desarrollo con respecto a otras regiones? La mayor satisfacción del periodista español Luis Bruzón, después de un año de viajes e investigación, es constatar que no es así.
El consultor de cultura y comunicación de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana es el autor de Latidos del tiempo y de Entre caobas y flamboyanes, dos publicaciones que nacen como respuesta a la necesidad de identificar el patrimonio común, poco conocido entre centroamericanos.
“El objetivo era el conocimiento mutuo para favorecer la integración”, comenta Bruzón, quien afirma que se había identificado la necesidad de, por un lado, recopilar sitios arqueológicos y ciudades coloniales; y por el otro, establecer algunas rutas de lo que se llama el Corredor Cultural Caribe.
Bruzón, quien visitó Panamá para participar del conversatorio “La política cultural de integración centroamericana” y presentar sus publicaciones, explica que Centroamérica es muy diversa en cuanto a cultura.
Solo en el Caribe, aunque se tenga en común la influencia afro, la procedencia de cada grupo es distinta. Está la cultura garífuna en Belice, Guatemala, Nicaragua y Honduras, las comunidades de herencia jamaicana en Costa Rica y los cimarrones en Portobelo, y por el otro lado, están las comunidades indígenas.
Sin embargo, hay un elemento común en bastantes comunidades, y es que algunas prácticas se siguen realizando, pero su significado se ha perdido. “La comunidad ya no es consciente de qué significado tienen esas tradiciones, de qué simbolismos esconden. Lo hacen por una reproducción de esa práctica”, dice.
Las publicaciones, que se pueden consultar en www.culturacentroamericana.info/Centroamerica/biblioteca-online, son una herramienta para fortalecer la identidad, algo que el cronista considera importante para la defensa de los derechos culturales.