El pasado 30 de octubre del 2002, Abraham Crócamo, socio fundador de PRONAVI, denunció a sus compañeros por "el posible delito de asociación ilícita para delinquir, corrupción y demás delitos que resulten de la comisión de los hechos aquí declarados". Sin embargo, cuando todavía se estaba a tiempo para detener la tragedia, la denuncia no prosperó. "Sí, es cierto, recibí la denuncia y recomendé sobreseerlos porque no encontré motivos para otra cosa. Deduje que como era una pelea entre socios, debían resolverla en la justicia civil", explica ahora la fiscal.
López, al recibir la denuncia, llevó adelante una pequeña investigación. En esos días citó a funcionarios del banco y de la empresa que dieron las explicaciones pertinentes, negando todos los cargos. A pesar del contenido explosivo de la denuncia realizada por Crócamo, López no pudo rastrear los perjuicios que, ahora se demuestra, estaba sufriendo el Estado. Y por eso, cuando le giró el expediente al Juzgado Décimo, recomendó el sobreseimiento de los acusados. "La denuncia era por asociación ilícita. Y para demostrar eso, el denunciante debe probar al menos dos delitos. Esta denuncia no cumplía con esta característica porque si Crócamo demostraba eso, él también hubiese quedado implicado. Además, yo no puedo investigar a funcionarios con mando y jurisdicción en toda la república. Esa es sólo potestad del Procurador", explica la fiscal que ya giró órdenes de detención contra los socios de PRONAVI y Bolívar Pariente.
"Ahora las cosas cambiaron porque Bolívar Pariente dejó el banco y yo lo puedo investigar. Esto no es grave: hay veces en que en su momento no se encuentran los elementos pero cuando pasa el tiempo y cambian las condiciones, sí aparecen y los casos se reabren", precisó.
Lo cierto es que las carpetas con las denuncias por el escándalo de Prados del Este durmieron durante dos años en el escritorio del procurador José Antonio Sossa y la misma fiscal que ahora se muestra hiperactiva, no logró olfatear nada del negociado que se estaba cocinando. Vale recordar que dos años atrás el complejo habitacional estaba en plena construcción y el Banco todavía no había desembolsado en su totalidad los 12 millones de dólares que ahora se esfumaron de su patrimonio.