Consciente de la gravedad del problema, el Presidente decidió suspender un viaje a Brasil, donde iba a participar de la cumbre del Grupo de Río. A estas horas, su futuro político parece incierto. De hecho, la comisión que se encargará de juzgarlo, podría removerlo del poder hasta que finalice el proceso.
El presidente Gutiérrez, de centroizquierda, niega las acusaciones. Hasta denunció que tras esta jugada política se oculta el interés del ex presidente León Febres Cordero, quien gobernó Ecuador entre 1984 y 1988. El mandatario desglosó las supuestas deudas que una serie de familiares de Febres Cordero mantienen con el Estado ecuatoriano. Según el propio Gutiérrez, estas superarían los 110 millones de dólares. "Tienen dinero y nos les da la gana de pagar. Yo les voy a cobrar y por eso me quieren seguir juicio político", afirmó Gutiérrez, en tono exacerbado, en una breve declaración ante la prensa. La diputada y primera dama, Ximena Bohórquez, también salió en defensa de su esposo. "Todo esto es una maniobra de un grupo que mantiene la hegemonía económica en el país, la elite política interesada en captar mañosamente el poder", añadió.
La oposición, en cambio, sostiene que Gutiérrez no sólo malgastó dineros públicos, sino que también incurrió en delitos contra la seguridad del Estado. Lo acusan de ser demasiado permisivo con el ejército de Estados Unidos, que no tiene limitaciones para recorrer el territorio y que además hundió dos barcos ecuatorianos en sus propias aguas. "Gutiérrez no ha hecho nada para revertir esta situación. Ecuador necesita un presidente de verdad, que defienda nuestros intereses" declaró un legislador opositor.
Lucio Gutiérrez irrumpió en la vida política cuando lideró en el 2000, siendo coronel del ejército, una revuelta que depuso al centrista Jamil Mahuad. Luego, en el 2003, se presentó a elecciones y ganó con el 54% de los votos. Pero ocupar la presidencia de la República, en Ecuador, no parece tarea fácil. En 1997 Abdalá Bucaram tampoco logró concluir su mandato ya que el congreso lo destituyó por incapacidad mental.
Lo llamativo del caso es que el juicio a Gutiérrez se enmarca dentro de la nueva tendencia latinoamericana, en la que la justicia osa perseguir a los presidentes sospechosos. Miguel Angel Rodríguez, ex mandatario costarricense, hizo un viaje desde la Secretaría General de la OEA a una prisión estatal, luego de comprobarse que recibió coimas de una empresa francesa. Por el mismo caso, también cayó su padrino político y ex presidente, Rafael Angel Calderón. Arnoldo Alemán, antiguo líder nicaragüense, tampoco pudo resistir los cargos por lavado de dinero y fue encarcelado. Otros, más audaces, evitaron la cárcel pero no las acusaciones. El ex mandatario de Guatemala, Alfonso Portillo, escapó a México para eludir las denuncias por corrupción y el argentino Carlos Menem, envuelto en un escándalo alrededor de la venta ilegal de armas, estuvo preso varios meses y ahora se refugia en Chile, desde donde evita la justicia. Aunque en Panamá las aguas parecen más tranquilas, el futuro puede deparar sorpresas. Sobre todo, en relación a las partidas discrecionales. Ni Ernesto Pérez Balladares ni Mireya Moscoso han querido mostrar los comprobantes por los 48.7 millones de dólares que gastaron en conjunto. Y esos son documentos públicos. Por mucho menos, el Presidente de Ecuador, está al borde de perder su cargo.