Triste, solitario y final

Triste, solitario y final
LA PRENSA/Tito Herrera

"Fallamos, no pudimos desinflar al gordo", murmuró.

En una zona rural, Guillermo Endara -el gordo- le estaba sacando ventaja. Inmediatamente se comunicó con la presidenta Moscoso. "Creo que las cosas vienen mal", le dijo. "Asumiré la derrota pero no en el hotel. Voy a ir a la sede del partido". Luego de colgar, José Miguel fue aún más lejos. "Voy a bajarme de la próxima candidatura", dijo, descartando así una participación en el 2009. Cualquiera que lo hubiera visto en ese momento, aun a riesgo de exagerar, podría haber anunciado su muerte política. Vaya paradoja; su día había iniciado en un cementerio.

Ante la lápida de Arnulfo Arias, José Miguel rezó una plegaria y luego fue a votar a la escuela Juan B. Sosa. Era el momento que el ex canciller había esperado toda su vida. Las puertas de la historia estaban abiertas de par en par. Más tarde las vería cerrarse ante sus narices. Pero cuando dejó caer su voto, rodeado de siete fotógrafos, seis cámaras de TVy más de 10 periodistas, todavía había esperanzas. Por eso se volcó de lleno a recorrer centros electorales. Acompañó a votar a Vicky, su esposa, que mantuvo su blower inalterado a pesar de los apretujones y la intermitente lluvia. Repartió centenares de besos, estrechó manos, posó para mil fotos. Hay que decirlo: José Miguel dio pelea hasta el final. Cuando fue a una escuela de Tocumen, se cruzó con Vivian de Torrijos. Ni se saludaron.

Durante la tarde decidió incursionar en territorio rival. Visitó la escuela Estado de Israel en San Miguelito, bastión torrijista. Al salir sólo se escuchaba el "sí se puede, sí se puede". "Se te hunde el Titanic", le gritaban casi en la cara a Alemán, que se lo tomaba a risa. Cuando su caravana se alejó, en San Miguelito no quedaba ni un pañuelito morado ni un gallo suelto. Nada. Los resultados lo dirían más tarde: la alegría era azul y roja.

Por la noche fue el primero de los candidatos caídos en decirle al mundo que reconocía la victoria de Martín. A pesar de que Alemán representó al partido de gobierno, ninguna de sus figuras prominentes lo acompañaron. No parecía triste; sería más preciso hablar de seriedad. Para un hombre que se la pasa riendo, esta actitud describe la gravedad del momento. Acababa de protagonizar el peor traspié en la historia del arnulfismo. En los pasillos de la sede, sus seguidores se entregaban al silencio expresivo de las lágrimas. A lo lejos, sonaba una TV. Para entonces, la presidenta Moscoso, ausente en la derrota, comenzaba a transmitir un escueto mensaje.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Los combustibles bajarán de precio a partir de este viernes 12 de diciembre. Leer más
  • Gobierno anuncia acuerdo sobre salario mínimo: así quedarán algunas tasas por regiones. Leer más
  • Naviferias 2025: el IMA anuncia horarios y lugares del 15 al 19 de diciembre. Leer más
  • Jubilados y pensionados: así será el pago del bono navideño y permanente. Leer más
  • Embajador de Estados Unidos toma el desayuno chino con la diputada Patsy Lee. Leer más
  • Contraloría inicia auditoría a fondos que transfirió el MEF a gobiernos locales en el gobierno de Mulino. Leer más
  • Estados Unidos incluye a Ramón Carretero Napolitano en la Lista Clinton. Leer más