Aunque los especialistas no logran ponerse de acuerdo en la fecha precisa, algo es seguro: los hielos del ártico cederán y en el norte de Canadá un nuevo canal emergerá de los hielos. Los peligros para Panamá son inmensos. Ese paso acortaría las rutas comerciales que los buques recorren para unir el Pacífico con el Atlántico y, además, al ser aguas internacionales, para viajar de un océano al otro los usuarios no deberían pagar nada. Por eso, para saber de qué hablamos cuando hablamos de la amenaza polar, vale poner la proa hacia al Norte y encarar los mares helados del Artico. Allá vamos, hacia tierras salvajes.
Los temores
El calentamiento global hace lentamente su trabajo y, usando los lentes de los mercaderes, cada vez con mejores resultados. En los últimos 25 años, la masa polar ártica se redujo en un 25%. Es más, informes recientes aseguran que a este paso, los osos polares no podrán sobrevivir. Y hasta las casas de los esquimales, esas redondas y de hielo, empezaron a derretirse.
El primer barco que logró atravesar el paso lo hizo en 1903, luego de siglos de intentos fallidos -–ver recuadro–. El segundo, recién lo repitió en 1940 y desde entonces el paso solo ha sido transitado por alrededor de 50 embarcaciones, siempre pequeñas y bien equipadas. Si bien el número de naves demuestra las extremas condiciones del viaje, también puede notarse cómo, a medida que aumentan las temperaturas, los viajes se multiplican. La última nave que lo recorrió, hace pocos meses, reportó que casi no encontraron placas de hielo en el camino. Y, el añopasado, hasta hubo quienes realizaron la travesía a mediados de noviembre, una fecha inédita para realizar este viaje.
Hasta hace pocos años, el paso a través de las islas canadienses era navegable entre agosto y octubre. Los más optimistas dicen que en un futuro cercano, utilizando este paso en lugar del Canal de Panamá, para unir el lejano Oriente con Europa, el trayecto se acortaría un 35% en distancia y en tiempo. Oscar Bazán, gerente de Mercadeo de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), reniega un poco de las informaciones que provienen del exterior y aseguró a La Prensa que "el desarrollo de la ruta ártica tomará, por lo menos, 120 años. Y no se puede comparar ambos pasos sólo teniendo en cuenta la distancia entre dos puntos. Hay que pensar en muchísimos otros factores. Por eso creemos que el Canal de Panamá sigue y seguirá siendo, sin dudas, una oportunidad única para el comercio mundial".
Y entonces se habla de la seguridad, de la infraestructura comercial que le ofrece Panamá a las empresas, del extraordinario funcionamiento que el Canal logró mantener luego de su traspaso, en el 2000, que, según muchos, superó las expectativas en cuanto a eficiencia. Sin embargo, para la United State Artic Comission, a este grado de cocción, el Paso del Norte quedará abierto, a más tardar, en el 2080. Y si escuchamos a los científicos más explosivos, habría que hablar del 2020.
Otros, en cambio, creen que el calentamiento es un hecho cíclico, es decir, que el frío volverá. Aunque, las posibilidades reales de esta teoría, según la revista Science, son de una en mil. La causa del deshielo, casi nadie tiene dudas, es la acción del hombre que puso el planeta a hervir.
El futuro
La apertura del paso no significa que el tráfico comercial pueda ser viable inmediatamente. En primer lugar, habría que pensar en la construcción de puertos y de zonas de abastecimiento para los buques. Además, las embarcaciones deberían reforzar sus defensas con una doble capa de metal que le permita sortear los peligros de los icebergs y de los trozos de hielo que, a pesar del calor, de todas formas seguirán desprendiéndose del continente para flotar a la deriva como trampas imposibles de prever.
Los cambios en los barcos serían costosísimos y además, aumentarían en gran medida los costos de los seguros de las mercancías, por las amenazas a su seguridad. Ello, sin olvidar que los peligros para el eco sistema del ártico serían inimaginables. Canadá desconfía de la posibilidad de convertir sus islas en un gran centro de comunicación. Tiene temor de perder sus recursos naturales: el agua, los diamantes, los minerales.
Pero Estados Unidos –igual que Europa– sostiene que no es decisión de Canadá la de permitir o no el paso de los barcos, porque, según las leyes internacionales, las del Paso del Norte son aguas internacionales. La discusión recién comienza, pero ya muchos han tomado posición al respecto.
A ello hay que sumar los reclamos de Rusia, que pide soberanía sobre algunas zonas. Sin embargo, ya se sabe: el paso sería un punto estratégico de gran valor comercial, que hasta podría cambiar las reglas del intercambio mundial de mercancías. Y las decisiones económicas son las que deciden el curso del mundo.
La ampliación del Canal
Mientras el gobierno de Martín Torrijos se plantea renovar el Canal mediante la construcción de un tercer juego de esclusas, en el Artico, el arma utilizada sigue siendo la paciencia.
Entonces, ¿hasta dónde es viable una ampliación del Canal que tendría un costo multi millonario?
Es cierto que de ninguna forma podría decirse que los días del canal están contados, pero los interrogantes, al menos, parecen inevitables. La obra de la ampliación, según las opiniones que se escuchan a diario, generaría un gran endeudamiento para el Estado. De hecho, los lobbistas de Estados Unidos y China ya estarían haciendo gestiones para que sean sus empresas las que lleven adelante las obras.
El ensanche permitiría acabar con el terror de los post panamax y pondría el Canal a disposición de todos los barcos del mundo. Mientras, el calor sigue aumentando.