La misteriosa historia del camión sin dueño crece cada día, aunque su desenlace, a estas horas, parece incierto. Según se desprende de la investigación que lleva adelante la Dirección Fiscalizadora de la Aduana (DFA), Tomás Alemán –socio de Esteval Internacional, la empresa de la que el Ministro de Gobierno y Justicia es el director– pidió un permiso a la Aduana para sacar de la Zona Libre de Colón neveras viejas. Fue el viernes 4, en la semana de Carnaval.
Ese camión, horas más tarde, fue interceptado en la carretera, cerca de Arco Iris. Estaban las refrigeradoras. Pero también había licores y cigarrillos que habían salido de contrabando de la zona franca.
Los funcionarios de la DFA decomisaron el camión. Pero el conductor, según informó hace dos días la DFA, escapó corriendo y no pudo ser apresado. Sin embargo, después de la publicación del artículo en este diario, informaron que, luego de 10 días de fuga, el conductor fue detenido.
¿Qué dijo el chofer cuyo nombre todavía se desconoce? Que había sido contratado para manejar el camión y que no sabía nada sobre la carga que llevaba. Tampoco conocía al propietario del rodado. Y que escapó porque vio que lo seguían. Se asustó. "Estamos investigando y llegaremos a aclarar todo. Caiga quien caiga", explicó Julio Kennion, director general de Aduanas.
Aunque la investigación aún no ha podido dar con los dueños del vehículo, La Prensa logró fotografiarlo en la Aduana de Zona Libre. En una de sus puertas tenía unas calcomanías de la empresa Inceta S.A. La empresa no respondió a la consulta periodística.
La DFA, en estos momentos, tiene abiertas dos líneas de investigación. Por un lado, intenta revelar quién es el responsable de haber cargado el camión con mercadería de contrabando: si fue Tomás Alemán, quien tenía el permiso para sacar las neveras, o si fueron los hombres contratados para transportarlas. La otra búsqueda es interna: la Aduana intenta develar cómo pudo salir de la Zona un camión con mercadería sin que ningún funcionario lo controle.
"Esteval no pidió el permiso ni contrató el camión. Lo hizo uno de mis hermanos y la empresa solo puso una nevera. La intención era donarla. Hacer caridad", explicó Jorge Alemán, el hombre que conduce la empresa Esteval. Antes de ayer, Alemán le había dicho a La Prensa que desconocía el asunto. Ahora lo tenía más claro. "Mi hermano me dice que entregó las neveras y después de eso agarraron el camión", concluye el hermano del Ministro.
Su relato se contradice con la información que suministró la Dirección de Aduanas: ellos aseguran que las neveras también fueron confiscadas. "La semana pasada el señor Alemán pidió que se las devolvieran y como ese no era material de contrabando, se le hizo entrega de las mismas. Estamos investigando quién colocó la mercadería y hacia dónde se dirigía", explica Kennion.
A medida que pasan las horas, el caso se espesa cada vez y las aclaraciones oscurecen. La tensión sigue en aumento. En el ambiente, el misterio del camión sin dueño parece emerger como una consecuencia de la guerra interna del PRD en Colón, y sus efectos llegaron a la Presidencia. Pero más allá del impacto político, hay un delito pendiente. (Con la colaboración de Diomedes Sánchez).