Después de la resaca del domingo por la derrota contra Bermudas, hoy es tiempo para reflexionar y darnos cuenta de que en este mundo globalizado del que no escapa el fútbol, el balón sigue siendo igual de redondo para todos.
Lo del domingo fue un aviso por adelantado de lo que le espera a la selección camino a Catar 2022. Nos desnudó por completo. En 72 horas Bermudas nos hizo pasar del cielo al infierno. Un equipo que trabajó en base a sus errores en su inocente primer partido, con otra propuesta para el segundo, que hizo ver mal a los nuestros. Por eso la fanaticada aplaudió a los caribeños al final del partido.
Es lógico que la derrota nos descomponga a todos. El Tolo Gallego terminó alterado por completo. Por primera vez mostró el cobre en su primera conferencia de prensa después de su primer partido oficial en el estadio Rommel Fernández. No compartí sus declaraciones, en las que intentó defender lo indefendible. Pero se respetan. El jueves había sido el más contento con la victoria en Hamilton, por los contratiempos que se dieron antes de su debut como entrenador de Panamá. Pero así es el Rommel Fernández, que le dio la bienvenida con un balde de agua helada.
Ni hablar de los jugadores. Gaby Torres, por ejemplo, fue uno de los que terminó más descompuesto. Nunca lo había visto hablar en un tono tan alterado.
Es lógico que el traspié nos descompuso a todos, pero no tanto como a la afición, que rechifló a la selección y aplaudió a los rivales, para mí en una muestra de madurez. Hoy yo aplaudo a la afición por ese gesto que es típico de gente de fútbol que cuando va a un estadio a ver jugar a su selección pide espectáculo, no un papelón como el que se hizo ante los caribeños.
Hoy veo que ni Gary Stempel ni Julio Dely Valdés, que comenzaron el proceso para Catar 2022, fueron el problema. Ni el Tolo Gallego que apenas dirigía a Panamá en su segundo partido, casi que sin conocer a los jugadores. El problema lo provoca el comienzo de un nuevo proceso que en el caso de Panamá está parchado con un cambio generacional. Esto lo hace ver más difícil.
Pero tampoco es excusa. Hoy la mayoría de estos jugadores que militan en el exterior y que vienen jugando juntos en la selección, lucieron fuera de forma. Tanto los más veteranos como los más jóvenes. El domingo ellos perdieron el partido, por más que el Tolo Gallego se haya achacado la culpa.
Con lo que sucedió el domingo, hoy veo más difícil alcanzar el sexto lugar de la hexagonal. Pero como sea, el Tolo Gallego tendrá que darle forma a este nuevo proceso para lo que venga. Hoy no podemos quedarnos viviendo del pasado con lo del Mundial de Rusia, que fue la culminación de un largo proceso con algunos jugadores que ya se jubilaron de la selección.
No es tan fácil como pensaban algunos: que los jóvenes iban a marcar la diferencia. Ellos tendrán primero que trazar su camino en la selección que hoy está verde, por mucha experiencia que traigan del exterior.
Está claro que Panamá ha progresado mucho, pero la realidad dice que estamos fuera de la hexagonal porque se perdieron partidos clave para subir en el ranking de FIFA. Algunos le achacaban la culpa por haber jugado amistosos con Colombia y Uruguay.
El domingo, sin embargo, se perdió contra uno modesto (174 en el ránking).