El árbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez no es ningún desconocido para los jugadores de las selecciones de fútbol de Costa Rica y Panamá, que se enfrentarán hoy en el Ricardo Saprissa.
El árbitro azteca, a quien en su país apodan "Chiquidrácula" por su parecido con el personaje de la serie infantil de televisión Chiquilladas ya le ha pitado a los equipos en la presente eliminatoria.
Ante Panamá lo hizo el 8 de septiembre del año pasado en el encuentro en que los panameños empataron 1-1 con Estados Unidos, en el estadio Rommel Fernández.
La actuación de Rodríguez en ese partido fue aceptable y pese a su perfil de árbitro estricto que no le niega las tarjetas a nadie, en esa ocasión sólo mostró tres cartones amarillos, dos de ellos a los panameños Anthony Chalate Torres y Jorge Dely Valdés y el otro al estadounidense Frankie Hejduk.
Donde sí se destapó Rodríguez repartiendo tarjetas amarillas fue el 18 de agosto en el estadio Alejandro Mojera Soto, de Alajuela, en el partido entre Costa Rica y Honduras, ganado por los visitantes 5-2, y donde mostró siete en total.
En ese juego el árbitro mexicano, que obtuvo su carné internacional de juez FIFA en 1997, penalizó a cinco jugadores del equipo visitante (David Suazo, Julio León, Amado Guevara, Iván Guerrero y Saúl Martínez) con cartón amarillo, mientras que expulsó al tico Andy Heron en el minuto 36 por doble amarilla.
ENTRE LOS MEJORES
Considerado en la actualidad como uno de los mejores cinco árbitros de la Concacaf, Marco Antonio Rodríguez, de 31 años de edad, no deja de ser catalogado como polémico, pese a que se le reconoce su gran capacidad.
"Su principal característica es el protagonismo, es de gran capacidad, pero en México siempre se le ha criticado por querer ser el principal actor en un partido de fútbol, pero cuando se dedica a pitar se convierte en uno de los mejores del mundo’’, comentó de él en una oportunidad el periodista René Tovar, del diario mexicano Récord.
Con Rodríguez los jugadores deben de tener mucho cuidado al festejar los goles despojándose de su camiseta, porque por lo regular expulsa.
