El catarí Abderrahman Samba se convirtió en el segundo hombre en bajar de los 47 segundos (46 segundos y 98 centésimas) en los 400 metros vallas, en la etapa de la Liga Diamante de París, en la que se registraron otras cinco mejores marcas del año.
El atleta de origen mauritano se quedó muy cerca del récord del mundo del estadounidense Kevin Young, logrado hace 26 años (46 segundos 78 centésimas, el 5 de agosto de 1992 en los Juegos Olímpicos de Barcelona). Así pues, el vallista de 22 años regresa al primer plano de su especialidad, después de ver su dominio cuestionado por el atleta de Antigua Rai Benjamin, autor de un magistral 47.02 el 8 de junio en los campeonatos universitarios de Estados Unidos.
Con este quinto triunfo en otras tantas carreras en la Liga Diamante, por delante del campeón del mundo noruego Karsten Warholm (3º), Samba se pone de nuevo como punta de lanza de una generación que ofrecerá un gran espectáculo en las próximas citas.
“Ya lo dije anteriormente, quiero convertirme en el hombre más rápido del mundo y trabajo para ello”, lanzó el catarí. “Es algo enorme ser el segundo hombre más rápido de la historia. El récord del mundo se acerca, pero hay que ir paso a paso”, tranquilizó.
Otros cinco mejores registros del año fueron establecidos en París.
El keniano Timothy Cheruiyot firmó la mejor marca del año en los mil 500 m con un tiempo de 3 minutos 29 segundos y 71 centésimas.
El subcampeón del mundo de la distancia, de 22 años, ya poseía el mejor crono de 2018 con 3 minutos 31 segundos y 22 centésimas, sellados el 31 de mayo. Su compatriota Beatrice Chepkoech hizo lo propio en los 3 mil m obstáculos (8 minutos 59 segundos 36 centésimas), el estadounidense Sam Kendricks en pértiga (5.96 m), y la rusa María Lasitskene, que conquistó su 44ª victoria consecutiva en salto de altura (2.04 m).
Además, la sudafricana Caster Semenya firmó el cuarto mejor crono de la historia en los 800 metros, con un tiempo de 1 minuto 54 segundos y 25 centésimas.
La doble campeona olímpica mejoró así su mejor actuación del año, y se acercó al récord del mundo, en manos de la checa Jarmila Kratochvilova (1 minuto 53 segundos 28 centésimas) desde 1983.
“Solo soy un ser humano. Y si quieres ser un ejemplo para el mundo y para la juventud, no hay que centrarse en las cosas negativas”, señaló Semenya, aludiendo a su protesta ante el TAS contra las reglas impuestas a las atletas hiperandrogenadas por la Federación Internacional de Atletismo, que considera “ilegales”.
La colombiana Caterine Ibargüen, oro olímpico en triple salto, no marcó ningún récord, pero sus 14.83 metros le sirvieron para llevarse la victoria por delante de la jamaicana Kimberly Williams y la estadounidense Tori Franklin.

