El seleccionador de Túnez, Nabil Maaloul, admitió este miércoles, en la víspera de despedirse del Mundial contra Panamá, que muchos de sus jugadores aún no superan el trauma de la eliminación, tras perder los dos primeros juegos frente a Inglaterra y Bélgica.
“Teníamos unas expectativas muy altas para este torneo y quizá algunos jugadores no han superado aún la eliminación“, declaró Maaloul en conferencia de prensa. Por ello, consideró el partido contra Panamá, como “muy complicado.”
“He intentado animar hoy a mis jugadores, pero es bastante difícil. Túnez no ha ganado un partido en un Mundial desde 1978 y quizá la mejor manera de prepararlo sea tratando de poner fin a esta racha de 40 años”.
Maaloul no quiso valorar las informaciones en los medios tunecinos sobre el mal ambiente que reina en la concentración y tampoco responder si seguirá en el cargo después del Mundial. “Mañana responderé“, dijo.
En cambio, sí que defendió su legado. “Ha sido una experiencia única haber jugado un Mundial. Tenemos una nueva mentalidad, un estilo de juego diferente y tengo que darle las gracias al presidente de la federación [Wadie Jary] por su apoyo cuando decidí optar por jugadores muy jóvenes”, explicó.
Confirmó que ninguno de los dos arqueros que jugaron contra Inglaterra y Bélgica, Mouez Hassen y Farouk Ben Mustapha, estarán disponibles para el encuentro frente a Panamá por lesión y porque esperan que la FIFA autorice la inscripción de Moez Ben Cherifia, al que han hecho viajar con urgencia a Rusia, para que al menos esté en el banco, por si el veterano Aymen Mathlouthi sufre algún percance.
El técnico aseguró también que estudia introducir varios cambios en el once inicial, “ya que los dos primeros juegos fueron muy exigentes y hay muchos jugadores cansados”.