La coronación del Tauro en el torneo Clausura nos corroboró que en la vida como en el deporte hay nuevas oportunidades. Su entrenador, Rolando Palma, ya había sacado campeones a los Toros en el último semestre de 2013, y tres años más tarde lo vuelve a conseguir después de muchos sinsabores de la afición albinegra. Lo alcanzó ante un rival que en el papel era el favorito para ganar la final, pero que en la cancha no lo demostró, y sobre el desenlace del partido ganó el que había propuesto más. Un premio merecido para el Ñato Palma.
El caso de Manuel Cholo Torres también es otro ejemplo de perseverancia en la búsqueda de esa nueva oportunidad. En noviembre de 2015 la afición lo había crucificado cuando golpeó al técnico español del Plaza Amador, pero en un año y medio se reivindicó, sacó dos títulos con el CAI, el viernes marcó el gol que valió el ascenso en la superfinal de la liga de segunda división, aumentando su cuenta personal a 14 títulos, hoy los jóvenes del equipo ascendido lo ponen como ejemplo por su lucha y sacrificio en la cancha.
Igual suerte la tuvo su entrenador Jorge Dely, que después de haber perdido la primera final ante Costa del Este, lo derrotó en el partido que valía el pase a la primera división. El técnico colonense no tuvo suerte en la Liga Panameña de Fútbol (LPF), pero en el torneo de segunda división consiguió un logro que para un ascendido, sentimentalmente, vale más que para cualquier club que se corone en la LPF.
Se dice que para eso estamos en este mundo, para aprovechar las oportunidades, con una alta cuota de sacrificio, que es el punto medular en ese intento de alcanzar un objetivo.
El lunes, mientras veía el entrenamiento de la selección nacional pensaba en el portero José Calderón, que por un momento quedó marginado en los tiempos de Julio Dely, cuando le marcaron tres goles en un amistoso contra Cuba, dos de ellos por errores suyos. Nunca más volvió a sonar su nombre. Sin embargo, hace tres años apareció y hoy viene formando parte del equipo nacional.
Los ejemplos sobran. El más reciente se originó con la inclusión del defensa Roberto Chen a la selección nacional. Pese a ser un joven todavía, las lesiones y la falta de suerte, por lo que haya sido en su paso por Europa, lo tenían cojeando, pero nunca hicieron mella en este muchacho, al que el Árabe Unido le brindó la oportunidad de participar en el torneo Clausura y el jugador supo corresponder. Hoy, como él mismo lo afirmó, jugó más partidos con el equipo colonense que en los tres años anteriores y por eso, con justa razón, dijo sentirse de nuevo un futbolista.
Hoy algunos ya pueden repetir esa frase trillada que suelen decir jugadores y entrenadores: “Eso es lo bonito del fútbol, que te da una revancha”. Aunque para el argentino Javier Mascherano, en el fútbol no existen las revanchas, sino las nuevas oportunidades.
