Recuerdo de dos mundiales



Hace 15 años, también para un mes de octubre, Panamá consiguió su primera clasificación a un mundial Sub-20 de fútbol de la mano del entrenador Gary Stempel.

Sucedió un 18 de octubre de 2002, cuando tras derrotar a Cuba se aseguró su pase por adelantado junto a México y dos días después se derrotó a los aztecas ganando el premundial (2-1), con un doblete de Gabriel Gavilán Gómez, en el estadio Rood Carew.

Fue la primera proeza de un equipo panameño que hizo que el himno nacional se escuchara en Emiratos Árabes Unidos 2003.

Más adelante, cuatro selecciones se clasificaron a un mundial Sub-20 y dos equipos menores de 17 años hicieron lo propio en los mundiales de esa categoría.

Por eso se decía que el equipo mayor tenía una asignatura pendiente que se materializó el pasado martes de la mano del entrenador Hernán Dario Gómez, para el Mundial de Rusia 2018.

Hoy, muchos de estos jóvenes que fueron mundialistas juveniles formaron parte del equipo mayor de las últimas dos fechas de la hexagonal que clasificó a Rusia: Gabriel Gómez, Román Torres, Fidel Escobar, Michael Amir Murillo, Luis Ovalle, Alberto Quintero, Gabriel Torres, José Calderón, Ricardo Buitrago, Armando Cooper y Erick Davis. Roberto Chen, que no fue de la partida por lesión, estuvo en un mundial Sub-17.

Hoy, Stempel dice que todos estos jugadores que en su momento fueron mundialistas han pasado por la manos de muchos entrenadores durante su carrera deportiva, y que cada uno ha tenido su influencia en el desarrollo y la formación de estos jugadores.

Stempel, además de clasificar a Panamá a su primer mundial Sub-20, ganó la Copa de Naciones en 2009, en Honduras. En el torneo doméstico, como entrenador del San Francisco, se coronó en cinco ocasiones, además de haberlo hecho con el desaparecido Panamá Viejo. Hoy se maneja como instructor de la FIFA.

LAS MEJORAS

Stempel reconoce que para bien los tiempos han cambiado en el fútbol panameño en apoyo, en infraestructura y en los campos.

“Solo hay que imaginarse cómo nosotros comenzamos a entrenar (año 1997) en Diablo, con cuatro balones, un cubo de agua, sin petos, se jugaba con camiseta y sin camisa. Yo tenía que llevar conmigo a siete jugadores en mi carro de un lado a otro, en estos tiempos no había viáticos”, explicó el técnico.

Sin embargo, dentro de este grupo que alcanzó el paso a Rusia, Stempel también reconoció el trabajo de otros jugadores , como Felipe Baloy, Blas Pérez, Luis Tejada, Gabriel Gómez, Román Torres, y otros, “que comenzaron su carrera cuando el fútbol de Panamá estaba muy silvestre, atrasado en términos de cancha y apoyo de las federaciones, hasta llegar a este punto de ahora, 20 años después, donde hay mejor apoyo, fogueos internacionales y buena remuneración para los jugadores”.

Pero dentro de toda esta euforia, Stempel apuntó que todo esto que se ha conseguido “es un proceso en el que mucha gente ha jugado un papel muy importante”.

Recordó que en 2002, cuando se clasificó al primer mundial, la gente apoyó en el Rood Carew, hubo caravana, y eso despertó interés en la gente por ver por primera vez a la selección en un mundial.

 

 

Explicó que la reacción de todo eso fue bien recibida en ese momento, “era un gran evento, claro que nada comparado a lo que se vive hoy, pero recuerdo que los patrocinadores comenzaron a creer en algo de nuestros fútbol, creo que eso, más otras cosas, fue un paso importante en este proceso, o en la evolución, para que se pueda llegar como se ha llegado ahora”.

Mencionó que con el equipo de 2003 se comenzaron las buenas preparaciones, se fue a Brasil para una gira, y antes de eso no se daba este tipo de preparación.

“El apoyo, las herramientas de hoy no había antes, los fogueos de alto nivel, las giras, el apoyo, que al menos te paguen los viáticos que antes no te daban, hoteles cinco estrellas, tres utileros, las avanzadas que hoy hay, todo eso ha contribuido al éxito”, de acuerdo con el entrenar panameño-inglés.

“Con Bolillo Gómez y las concentraciones en el exterior antes de los juegos en casa, imagínate, todo esto es parte de esta evolución”, dijo Stempel”.

“En cada proceso, desde Cheché Hernández, Julio Dely y Bolillo Gómez, se vio que se estuvo invirtiendo, y aquí hay que darle crédito a la federación, creo que ellos sacaron un número de varios millones para este proceso. La voluntad de invertir esta suma, que también era un riesgo, fue un factor importante, porque no hay duda de que esta ha sido la selección mejor preparada con la mejor inversión y al final ese es el resultado. Esa es la importancia de la preparación y la importancia de invertir y creer en las selección”, aseveró Stempel.

CRÉDITO COLECTIVO

A pesar de todo, para Stempel, “el crédito de lo que se alcanzó para mí es colectivo. Esto no es la clasificación de un jugador, no es la clasificación de un técnico o de un dirigente. Esta fue la clasificación de todos los jugadores que estuvieron involucrados en este proceso, y los anteriores, con los otros entrenadores y los dirigentes”.

GENERACIÓN DORADA

Stempel habló de la generación de Baloy, Penedo, Blas, Tejada, Gavilán, Román, que en su momento los dirigió en una Sub-20.

“Hay como seis o siete jugadores de este proceso. Y lo bonito de todo es que esta camada le dio la identidad a la selección, es una generación dorada a la que se criticó mucho, porque nunca ganaron nada en la Sub-20, Sub-23 y en las eliminatorias. Pero me alegro inmensamente de que esta generación dorada dio a Panamá el logro más grande de su historia de este país, porque en realidad ellos se lo merecen”.

TORRES

En el caso de Román Torres, recordó que lo tuvo en la eliminatoria Sub-17 de 2003 para Finlandia, en la que quedaron eliminados por diferencia de goles ante Costa Rica en el estadio Armando Dely Valdés.

“Primero jugó en una selección que un club. Eso fue en 2003. Cuando entrenaba la Sub-17, donde estaba Armando Gun, le dije a uno de los jugadores, a Rafael Palacios que vivía por Vacamonte, que si había un muchacho bueno de tu barrio para que me lo trajera aquí, porque en esos tiempos era diferente, ahora los clubes están bien organizados, por eso había que buscarlos donde fuera. Un día apareció Román y le hicimos una prueba, la decisión fue fácil, porque se vio la calidad de jugador. A Román, si tú lo vez 14 años después, se ve igualito en su biotipo, pero en esos tiempos tenía su cabello bien cortado y no tenía tatuajes. Literalmente, él vino de la calle, y luego se fue al Chepo y después al San Francisco, con el que ganó un campeonato y luego se fue a Colombia”.

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