Una pérdida récord de 369 millones de dólares (347 millones de euros) y unas reservas que redujeron en un tercio: la FIFA publicó este viernes sus malas cifras de 2016 y culpó a las “inversiones imprudentes” de la era de Joseph Blatter, que tuvo que abandonar la presidencia arrastrado por la ola de escándalos que dañó la imagen de la institución.
Dirigida por el ítalo-suizo Gianni Infantino desde febrero de 2016, la instancia suprema del fútbol mundial habló, sin embargo, de “buenos resultados financieros”, y presentó este ejercicio como “un punto de inflexión” decisivo para superar su crisis.
El aumento del déficit fue explicado por la FIFA por las “investigaciones judiciales en curso y la amortización de gastos relativos a algunas inversiones imprudentes”, en alusión al museo del fútbol inaugurado en Zúrich y al hotel Ascot también en la ciudad suiza, donde la Federación Internacional tiene su sede.
A ello hay que añadir que se triplicaron las ayudas a las federaciones nacionales, una promesa electoral de Infantino.
Por todo ello, la FIFA se vio obligada a recurrir a sus reservas, que pasaron de mil 400 millones de dólares en 2015 a poco más de mil millones en 2016.
En 2017 se esperan pérdidas todavía más importantes, con un resultado neto estimado de 489 millones de dólares.
Otra promesa de Infantino, la de hacer público su salario: alcanzó 1.5 millones de dólares y su secretaria general, Fatma Samoura, cobró 837 mil 400 dólares.
Pese a todos esos números, la FIFA dijo ser optimista.
Subrayó que las pérdidas están relacionadas con una nueva norma contable que le permite identificar mejor las fuentes de ingresos.
Asegura también que habrá“un importante superávit en 2018, el año de la Copa Mundial de la FIFA, que contribuirá a la obtención de un resultado positivo en el ciclo cuatrienal de unos 100 millones de dólares estadounidenses”.
Como es costumbre al final de un ciclo de cuatro años, es el Mundial el que centra las expectativas y así será también en 2018 con la cita en Rusia.
“En término de flujo de tesorería, estamos muy cómodos”, insiste una fuente próxima a la FIFA .
Un análisis que apoya Didier Primault, economista del Centro de Derecho y de Economía del Deporte (CDES) de Limoges (Francia), preguntado por la AFP: “La FIFA mantiene un modelo económico muy sólido”.
“Hay picos y valles clásicos para este tipo de federación porque los beneficios están muy relacionados con el Mundial”, añade, subrayando que el aumento del número de equipo del Mundial, de 32 a 48 a partir de 2026, “conducirá a un aumento de los beneficios en entradas y en derechos de televisión”.
La organización que dirige el fútbol mundial se vio sacudida desde mayo de 2015 por los escándalos de corrupción y las detenciones de varios exaltos directivos, sospechosos de haber recibido millones de dólares en sobornos relaciondados con contratos de marketing y de concesión de sedes.
Para 2016, la organización evalúa el coste de las investigaciones en curso en 50 millones de dólares y prevé 22 millones de dólares de gastos suplementarios para los años 2017 y 2018.
En total, 40 personas son objeto de la lupa de la justicia estadounidense. La mayoría ocupó cargos directivos en la FIFA, la Concacaf (Confederación de América del Norte, Central y Caribe) o la Conmebol (Confederación Sudamericana).
El emblemático expresidente Sepp Blatter se vio obligado a anunciar su marcha y a abandonar el puesto de manera precipitada, en ese último caso por un asunto distinto, el pago sospechoso de 2 millones de francos suizos (1.8 millones de euros) que hizo a Michel Platini, expresidente de la UEFA.
Los dos fueron suspendidos por el caso y ello costó a Platini sus aspiraciones de ganar la presidencia de la FIFA, para la que parecía favorito.
Una de las inversiones controvertidas de la “era Blatter” es el Museo del Fútbol, inaugurado en 2016 por Infantino y encargado por Blatter.
Instalado en Zúrich, ese museo está ya en un momento difícil, con la supresión de aquí al mes de junio de casi la mitad de sus trabajadores, que pasarán de 51 puestos a tiempo completo respecto a los 106 iniciales.
Desde su apertura, esta estructura de tres pisos y 3 mil metros cuadrados solo ha recibido 11 mil visitantes al mes, lejos del objetivo fijado de 250 mil visitantes anuales.
Para su construcción se invirtieron 140 millones de francos suizos. Según varias fuentes, la FIFA estaría estudiando cerrarlo.
La otra “inversión imprudente” es la adquisición del hotel Ascot, un edificio comprado en 2014 pensando en que la FIFA pueda reducir sus costes de alquiler de habitaciones en Zúrich.
Los salarios del presidente de la FIFA
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, percibió una remuneración de un millón 500 mil dólares en 2016 y la secretaria general de la organización, Fatma Samoura, 837 mil 400 dólares, según el balance financiero de la FIFA. El predecesor de Infantino, Joseph Blatter, forzado a una salida precipitada en medio de los escándalos que sacudieron a la FIFA en los últimos años, había recibido 3 millones de dólares en 2015. De Blatter a Infantino, la remuneración del presidente de la FIFA ha disminuido por lo tanto en un 58%. “En 2016, ni el presidente ni la secretaria general de la FIFA han recibido variables (indemnizaciones a corto o largo plazo)”. El salario de Infantino es acompañado de algunas ventajas: coche, alojamiento y pago de gastos.