Migdalia Grinard PORTOBELO,Colón Cerca de las 11:00 a.m. llegó a la histórica población de Portobelo Irving Saladino, campeón del salto largo de las Olimpiadas de Beijing 2008.
En esta población, ubicada en la costa arriba de Colón, desde tempranas horas, fanáticos y familiares esperaban al campeón para pedirle autógrafos y felicitarlo por la medalla de oro para Panamá, mientras eran recibidos por sus abuelos maternos Juana y Gregorio Aranda.
El campeón mundial llegó en compañía de sus padres y hermanos para asistir a la misa de acción de gracias que ofició el padre José Ortega, al estilo afroantillano.
Durante la misa, el párroco felicitó al campeón y lo exhortó a continuar con la humildad que le caracteriza y fe en Dios y devoción por Jesús Nazareno de Portobelo, además de bendecirlo junto a sus padres e imponerle sobre su frente la señal de la cruz.
Agradecido
Mientras que Saladino, debido a las molestias en su rodilla, no pudo hincarse en la consagración y recibió la ostia, además de llevarle dos velas y encenderlas frente a la imagen del santo que reposa sobre su altar, a quien agradeció por los favores recibidos y logros alcanzados con la medalla de oro.
Saladino manifestó sentir un poco de molestia en la rodilla por la inflamación y que el día martes visitará al médico para su evaluación, además que para la próxima semana inicia una gira por todo el país, tras permanecer en su patria hasta el mes de noviembre.
El campeón mundial recibió diversos reconocimientos: el Municipio de Portobelo, a través de su alcalde, lo declaró hijo meritorio; el diputado del circuito 3-2, Nelson Jackson, le otorgó una estatua de bronce; el gobernador de la provincia de Colón le entregó una placa de reconocimiento por su destacada participación en las olimpiadas; la Fundación doña Lilia le ofreció un cuadro con el diseño del monumento que se hará en su honor en la ciudad de Colón; y por último, un morador le dedicó una pintura con el rostro del medallista al óleo.
Durante su estadía en Portobelo, el atleta estuvo con sus abuelos maternos, donde degustó de su plato favorito: arroz con coco y pescado, y de postre, cocada a la reina.
