Rafael Nadal estuvo cerca de ceder un set en el Abierto de Francia por primera vez en tres años, pero el español supo sentenciar ayer su aplazado estreno con una victoria 6-4, 6-3, 7-6 (9) ante el italiano Simone Bolelli.
Al empezar su asalto por un 11° título en Roland Garros, Nadal debió levantar cuatro bolas de set ante el jugador que superó la ronda preliminar para poner fin al duelo que abarcó dos días en la pista Philippe Chatrier.
Nadal quedó ahora con marca de 80-2 en París.
Otra vez abrumador favorito en su superficie predilecta, Nadal perdía 6-3 en el desempate ante el número 129 del ranking.
La reacción fue impresionante: un ace, una volea de revés y una devolución cruzada en sucesión nivelaron la pugna. Recurriendo a golpes muy al fondo y otros de sutil ejecución, Boletti obtuvo otra oportunidad para ganar el set al dejar corto un revés, pero Nadal respondió con un potente saque en el siguiente punto.
“La verdad es que el partido se hizo complicado”, reconoció Nadal. “Tocó sufrir y aguantar. Pero ganar esta clase de partido es importante para el futuro”.
Fue uno de los seis partidos que fueron interrumpidos la noche del lunes debido a la lluvia.
El próximo rival de Nadal será el argentino Guido Pella, quien superó 6-2, 6-3, 6-4 al portugués Joao Sousa. “Me quiero morir”, dijo Pella sobre enfrentar al español. “Pero hasta los más grandes en algún momento pierden. ¿Te imaginas que sea conmigo? Sería un sueño”.