La 16ª etapa del Tour de Francia, de 218 kilómetros de distancia, marca este martes un aumento gradual de las dificultades, de Carcasona a Bagneres-de-Luchon, con dos puertos pirenaicos de primera categoría en la parte final. A 62,5 kilómetros de la meta se coronará el Portet de Aspet.
En el descenso de este alto de segunda categoría, la carrera pasará por delante de la escultura que recuerda la caída mortal del italiano Fabio Casartelli en 1995. A continuación arrancará la subida a Menté (de primera categoría), una ascensión de 6,9 kilómetros al 8,1%.
Una corta incursión en España, en el valle de Arán, conduce al puerto del Portillon, la última dificultad montañosa de la jornada (8,3 kilómetros al 7,1%). La cima, ubicada a 10 kilómetros de la conclusión, precede a un descenso “sinuoso y complicado”, según lo define el director de la carrera Thierry Gouvenou.
Luchon (2 mil 600 habitantes), localidad que ha recibido al tour desde que en 1910 la ronda gala atacó por primera vez los Pirineos, vivirá su 59º final de la etapa.
El francés Thomas Voeckler (2012), el australiano Michael Rogers (2014) y el británico Chris Froome (2016) son los tres últimos ganadores en esta ciudad termal.
La pausa del lunes precede tres días en los Pirineos, seguidos de una prueba contrarreloj individual en el penúltimo día de la carrera.
La salida de Carcasona se dará a media mañana y la llegada a Bagneres-de-Luchon será en la primeras horas de la tarde (previsión de 38 km/h de media).