Simon Yates se impuso a sus dos compañeros de escapada, Pello Bilbao y Gregor Mühlberger, para ganar ayer la duodécima etapa del Tour de Francia, la primera en los Pirineos, con los favoritos declarando una tregua, en la víspera de la única crono de la prueba.
En un recorrido de 209.5 km entre Toulouse y Bagnères-de-Bigorre, Yates (Mitchelton) protagonizó una espectacular actuación, al formar parte de la primera escapada y ser capaz de aguantar delante toda la jornada, teniendo la fuerza suficiente para vencer al esprint a Bilbao (Astana) y Mühlberger (Bora). Ayer fue su primera victoria en el Tour.
“Estoy muy orgulloso, el final fue muy nervioso, pero finalmente pude imponerme. Mi director deportivo me ha ayudado mucho para saber dónde estaba [en los últimos metros]”, dijo Yates, cuya principal misión en el Tour es ayudar a su gemelo Adam en la lucha por la general.
En su palmarés ya lucen etapas en las tres grandes rondas. Hoy se disputa la única contrarreloj individual del Tour 2019, con un recorrido por el sur de Pau de 27.2 kilómetros, en el día en el que se celebra el centenario del nacimiento del maillot amarillo de líder de la prueba.
Ganar o perder tiempo
Hoy se disputará una etapa contrarreloj.
“Mañana [hoy] es una etapa en la que se gana o se pierde tiempo, no hay otra”, señaló ayer en Bagneres-de-Bigorre el escalador colombiano Egan Bernal, en la víspera de la única contrarreloj de la presente edición del Tour, 27 kilómetros en el sur de Pau.
“Mañana [hoy] es una contrarreloj y los especialistas tienen todas las de ganar, pueden manejar el ritmo y los vatios. Nosotros [los escaladores] tenemos la desventaja, pero intentaremos hacerlo bien, a ver qué pasa”, dijo el ciclista del Ineos tras la primera jornada de montaña en los Pirineos, en la que ganó Simon Yates.
“Es una etapa en la que se gana o se pierde tiempo, no hay otra. No soy malo, pero no es mi especialidad, tengo muchos rivales, vamos a ver”, añadió.
Ayer Bernal acabó muy satisfecho con el desarrollo de la etapa, en una jornada en la que los favoritos declararon una tregua y no hubo ataques, con el equipo Ineos controlando el pelotón.
“La carrera fue como los equipos que estábamos controlando queríamos que fuera, no había nadie de la general en la fuga, por lo que podía tomar el tiempo que quisiera”, analizó el colombiano de 22 años.