Tres años después de su último partido en polvo de ladrillo, Roger Federer vuelve a esta superficie en el Masters 1000 de Madrid, que comienza el domingo, y en el que se despedirá de la competición el español David Ferrer.
La última aparición del suizo en tierra batida se remonta al 12 de mayo de 2016, cuando cayó en Roma en octavos de final ante el austríaco Dominic Thiem (7-6 (7/2), 6-4), hoy número cinco del mundo. Una semana más tarde renunció a Roland Garros por problemas en la espalda.
Las dos temporadas siguientes decidió no competir sobre esa superficie, pero en 2019, tras su eliminación en octavos de final del Open de Australia a finales de enero, Federer anunció que este año jugará sobre tierra batida.