¿Salir a prueba al extranjero o exigir un contrato? Es una pregunta que muchos se hacen cuando un jugador panameño sale de la Liga Panameña de Fútbol (LPF) en busca de una oportunidad en el extranjero.
Algunos dicen que el futbolista panameño ya no está para salir a pruebas. Otros mencionan que por ser mundialistas y haber dicho presente en la pasada Copa del Mundo de Rusia 2018, Panamá está en otra esfera futbolística y se debe respetar esa condición.
Mientras que hay otro grupo que apunta a la realidad de la liga local y su condición semiprofesional para explicar porque sí deben seguir saliendo a prueba en la gran mayoría de los casos. Y es en esta línea que se encuentra el exseleccionado nacional Roberto Bombardero Brown, ahora en su nuevo rol como agente de jugadores.
“Mientras no tengamos fútbol profesional es poco probable que jugadores salgan directamente al extranjero, con excepción de algunos casos extraordinarios como el de (Roberto) Chen”, aclaró Brown.
Sí a las pruebas
El Bombardero fue claro al señalar que el fútbol panameño “aún no representa nada” en el extranjero y que gran parte de eso se debe a la liga local. “Nosotros no tenemos fútbol profesional y así nos ven”, dijo.
“Nosotros aún no representamos nada en el fútbol, a pesar de que fuimos a un Mundial”, agregó el exdelantero de la selección de Panamá.
Con experiencia como jugador en Austria, Canadá, Uruguay, El Salvador y la MLS, El Bombardero explicó lo difícil que es mercadear a un jugador panameño, especialmente cuando no juega en la selección nacional y sus únicas imágenes provienen de la LPF.
“Hace poco hablaba con Gavilán (Gómez) y conversaba de eso. Es muy difícil ubicar a un panameño en cualquier parte del mundo”, explicó.
“He traído a agentes a Panamá y cuando ven un juego en el Cascarita Tapia, me dicen ‘ni la cuarta división de mi país juega en una cancha como esa’.
Brown aconsejó a los jugadores panameños a no tenerle miedo, ni menospreciar las pruebas, ya que en la mayoría de los casos representan una oportunidad positiva en sus carreras.
Y en su caso, indicó que en su etapa de jugador debió salir a numerosas pruebas antes de poder consolidarse como jugador legionario.
Citó los ejemplos del Elche, París Saint Germain (PSG), Albacete y Karlsruher de Alemania, como lugares a donde fue a realizar pruebas.
“Si a nuestros jugadores les sale la oportunidad de ir a probar afuera, yo personalmente, dependiendo del lugar, la situación socioeconómica del país y la seguridad, le recomiendo que vaya”, destacó.
“Hay algunos mercados donde el panameño ya se ha consolidado, como en El Salvador donde los delanteros son bien recibidos porque ya han pasado muchos goleadores y existe una garantía. Pero no piensan igual en Honduras, Costa Rica, México y Estados Unidos en la MLS”.
Movimientos afuera
Brown ha hecho bastante ruido últimamente al colocar a diferentes jugadores panameños en México,Turquía, Argentina y la Major League Soccer (MLS).
Estuvo involucrado en el fichaje de la promesa panameña Ángel Orelién a las divisiones inferiores del Cruz Azul de México, el traspaso de Omar Browne, al Montreal Impact de la MLS, la oportunidad a prueba de Justin Simons con el Independiente de Argentina y el fichaje del arquero Orlando Mosquera a la segunda división de Turquía.
Sobre este último fichaje, El Bombardero fue objeto de varias críticas por el movimiento de un jugador que venía de ser el jugador más valioso de la LPF con el Tauro FC a una segunda división. “Los que cuestionan eso, no saben de fútbol”, profundizó.
Temas como mejor salario, un trato profesional y la oportunidad de crecer en una cultura diferente, fueron todos mencionados por Brown como razones de peso a porque dio el sí Mosquera a un fichaje con el Boluspor de Turquía.
Confesó, no obstante, que no fue nada fácil al principio y que el arquero panameño debió superar varios obstaculos para poder quedarse en Europa.
“Fue muy difícil porque era la primera vez que Mosquera salía a una aventura en el extranjero y fue un choque cultural muy duro. Incluso el entrenador de porteros después que lo vio jugar me dijo.
Y agregó: “los primeros dos días que lo vi entrenando, yo lo iba a mandar para su casa. ¿Por qué? Mosquera estaba nervioso, no se comunicaba, no hablaba y el entrenador de porteros dijo: el jugador que vio en un video no era ese”.
Y en este punto, Brown explicó que era algo normal, al tratarse de un ambiente diferente, frío, con un nuevo idioma y una comida totalmente diferente.
“Sin ánimos a equivocarme, cualquier futbolista que salga por primera vez de Panamá a enfrentarse a una cultura como esa, tiene muchas posibilidades de regresar y no lo culparía”, dijo.
“Esperar que un muchacho asimile todas esas cosas de una, solo porque quiere ser futbolista, creo que veces somos muy exigentes con los muchachos y hay que prepararlos”, recalcó.
“Por eso mientras estuve con él le hablaba, lo animaba, porque esas son cosas que van a pesar, pero a medida que te vas asentando, te vas sobreponiendo a ese tema de la barrera”.
¿Enemigo de la LPF?
Por último, ante la pregunta sobre su relación actual con los equipos panameños y la consideración por algunos dirigentes que lo ven como enemigo del fútbol nacional, respondió que su trabajo es velar por el jugador.
“Mi trabajo es asesorar al jugador y algunas personas no van a entender esa parte porque no les conviene”, indicó.
“A los jugadores importantes se les renueva con un año o dos años de contrato por delante y no sé como verán eso los clubes, pero el activo más importante es el jugador y se van a esperar que les queda un año para renovar me parece una mala estrategia”.