Jugar con Diego Armando Maradona y dirigir a Lionel Messi es un privilegio del que muy pocas personas pueden presumir. Una de ellas es el argentino Sergio Checho Batista.
Batista ganó el Mundial de México 1986 jugando al lado de Maradona. Y dirigió a Messi en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y conquistó la medalla de oro con la estrella del FC Barcelona, como máxima figura.
Recordado por su larga barba en su época como incansable jugador en el mediocampo, Batista compartió vestuario en Argentinos Juniors con el panameño Armando Dely Valdés, y juntos ganaron la Copa Libertadores en 1985.
Desde casa, como la gran mayoría de las personas y cuidándose de la pandemia, el entrenador argentino de 57 años de edad conversó ayer con este diario gracias a la plataforma Zoom.
Con un año sin dirigir, luego de una última experiencia con un club de la liga catarí, Batista reconoció su interés en dirigir a Panamá hace unos años tras la salida del técnico colombiano Hernán Bolillo Gómez, unos meses después de la participación en el Mundial de Rusia 2018.
Sin director técnico en la selección nacional, la Federación Panameña de Fútbol acusa un serio problema económico que derivó en la salida por mutuo acuerdo del último entrenador: Américo Rubén Gallego. También argentino, Gallego duró 8 meses en el cargo.
Creyente firme en la importancia de contar con un proyecto y en hacer un cambio de mentalidad en el jugador, como aspectos clave para desarrollar el fútbol panameño, aquí las palabras del “Checho” Batista en este mano a mano desde Argentina.
Usted tuvo el privilegio de dirigir a Messí. ¿Cómo es dirigir a la estrella del Barcelona?
Todo técnico aspira o sueña con dirigir a Lionel Messi. Es el mejor jugador del mundo. En ese momento, cuando lo tuve en los Juegos Olímpicos de Beijing, él era un jugador joven, de unos 21 o 22 años. Un tipo sencillo, humilde. Muchas veces acá en la Argentina se lo criticó porque querían que fuera un líder y él sinceramente nunca quiso ser líder. Solo quería jugar al fúbol y nada más.
Usted compartió con Maradona y Messi. ¿Cómo definirlos y quién es mejor?
Las comparaciones no me gustan. Siempre digo que cada uno en su momento fue el mejor jugador. La única diferencia no está en el juego, porque son muy parecidos: ambos utilizan la pierna izquierda y cabecean muy poco. Pero la diferencia está en la personalidad. Diego tenía una personalidad mucho más fuerte que la de Lionel. Diego no dudaba en meterse en otros temas como pelear premios y esas cosas, pero Lionel no, solo quería jugar.
Jugó con Armando Dely Valdés en Argentinos Juniors. ¿Cómo era como jugador y persona?
Armando era un fenómeno. Era un crack de persona. Un tipo muy humilde que te hacía reír, que estaba contento siempre. Muy divertido. Nos hizo ganar muchos partidos. Todavía tengo una relación muy linda con su hijo Javier. Y más allá de ser un gran jugador, un delantero muy rápido, era una gran persona. Lamentamos mucho lo que sucedió con él, porque era como familia.
¿Conoce a los hermanos Julio y Jorge Dely Valdés?
Los conozco a los dos. Mientras yo estaba jugando en primera de Argentinos Juniors, ellos estaban en cuarta división. El que más los conoce es mi hermano, “El Bocha”. Los dos fueron grandes jugadores, con una gran mentalidad y muy buenas personas también.
Hace poco concluyó la etapa de Américo Rubén Gallego como técnico de Panamá. ¿Qué nos puede decir del ‘Tolo’?
El Tolo Gallego es un técnico al que respeto muchísimo. Acá en la Argentina demostró ser uno de los mejores técnicos ganando numerosos títulos. Es una gran persona. Tiene su filosofía de juego, no sé que pudo pasar en Panamá.
Recuerdo que su nombre sonó para dirigir a Panamá hace dos años tras la salida de Hernán ‘El Bolillo’ Gómez. ¿Le sorprendió que se terminará eligiendo al Tolo como técnico?
No me sorprendió. Son decisiones. Los directivos tomaron en cuenta la trayectoria del ‘Tolo’. Quizás los resultados no se dieron, pero no estuvieron muy errados en la decisión. Más allá de que por ahí no venía dirigiendo, si tenían un proyecto, [y] el ‘Tolo’ era un gran candidato. No pienso que fue un error, solo que salió mal la cosa.
¿Estaría interesado en dirigir a Panamá?
Mientras exista un buen proyecto, estoy para hablar. Estoy informado sobre la clase de jugadores que hay en Panamá, cómo se juega. Sé que hay buenos jugadores técnica y físicamente. Y se podría armar algo lindo siempre y cuando no sea a corto plazo.
¿Cómo define su sistema de juego?
A mí me gusta darle mucha libertad al jugador. Pero siempre inculcándole esa mentalidad ganadora que deben tener todos los jugadores: ser protagonista donde quiera que vaya. Eso es lo más importante. Ya después se verá la forma de juego, dependiendo de lo que convenga más a nivel táctico.
¿Qué conoce del fútbol panameño?
Tengo algunos antecedentes. Conozco jugadores panameños de gran personalidad como Felipe Baloy; jugadores con la fortaleza de los hermanos Dely Valdés, que conocí bien.
Después de todo eso, bajo un poquito. Hoy se ve que aspiran a otras cosas, se ve que salen muchos jugadores panameños al exterior, quizás todavía no en las ligas grandes, pero sí con esa experiencia para ayudar a un seleccionador en el futuro.
Tener jugadores en el extranjero significa que el fútbol panameño está avanzando. Ya después en el torneo local, que se juega más en canchas sintéticas, son temas de adaptación, más que nada.
¿Por qué siente que no hay jugadores panameños en las grandes ligas europeas?
Para eso tendría que hacerse un proyecto. No solo con los jugadores de primera división, sino con los chicos de 15 años. Ahí es donde empieza a fortalecerse esa mentalidad. Físicamente el jugador panameño está bien dotado, pero después están los temas de la personalidad y la mentalidad, que al final son los que te llevan a las ligas mayores.
En caso de tomar las riendas de Panamá, cómo haría para poder ganarle a las potencias de la región: México, Estados Unidos y Costa Rica.
Lo primero que hay que hacer es preocuparse por lo que tienes adentro en casa. Si se arma un buen proyecto, con un cambio de mentalidad, se puede ganarles.
¿Qué pasó con Argentina en la Copa América del 2011, que fue su final como técnico de la albiceleste?
Eran casi los mismos jugadores de Beijing 2008. Pero a veces los resultados no se dan. Tuvimos 20 partidos en la selección, solo perdimos uno ante Japón. Pero como es el fútbol acá en Argentina, que no hay proyectos, no hay nada, yo sabía que si no ganaba el título de la Copa América, me tenía que ir.
A mí me quedó el sabor amargo de no poder darle la alegría a la gente después de tantos años de no ganar nada, y más siendo en casa. Tuve dos años en la selección y me dolió la salida.
Por último, teniendo en cuenta que dirigió en Asia donde se paga buen dinero, cómo afronta el tema económico en una federación como la panameña, que presenta una crisis y que excluyó a todos sus técnicos.
Si se da el caso de una charla con la federación panameña, antes de hablar lo económico, lo primero que prefiero ver es el tipo de proyecto que tienen. Tanto con la selección mayor, como con los juveniles, que es lo que me gusta a mí. Después, lo económico se verá.