David Ross se tomó un selfie frente a una multitud de miles de eufóricos fanáticos. Anthony Rizzo se conmovió casi hasta las lágrimas. Joe Maddon celebró como si estuviese en un concierto de rock.
La fiesta que demoró más de un siglo en cuajarse se desató por todo lo alto ayer viernes en Chicago.
Los Cachorros y decenas de miles de fanáticos festejaron con un desfile desde Wrigley Field y un rally en el parque Grant, frente al lago Michigan, el primer título de Serie Mundial del equipo en 108 años.
El receptor Ross y otros jugadores entonaron la canción Go Cubs Go en la tarima para el deleite del público. “¡Se nos dio! ¡Se nos dio!”, exclamó el primera base Rizzo.
El mánager Maddon —quien usaba un gorro tejido, lentes oscuros y una camiseta con la frase We didn't suck (No la embarramos)— se deleitó con la escena del mar de azul. “¡Bienvenidos a Cubstock 2016!”, proclamó Maddon.
“Este es un momento increíble para nosotros. Jamás experimenté algo como Wrigley Field noche tras noche... también quiero felicitar a los fanáticos. Gracias por ser tan pacientes”.
Este tipo de festejo no tiene precedentes para los fanáticos de los Cachorros, que no habían ganado un título de la Serie Mundial en 108 años hasta que conquistaron la corona el miércoles por la noche con un triunfo en el séptimo partido ante los Indios de Cleveland.
Una muchedumbre de fanáticos de todas las edades, la mayoría vestidos con los colores azul y blanco del equipo, lo aclamaron en una caravana que llevó a los jugadores por Lake Shore Drive.